El departamento del Chocó, en el Pacífico colombiano, se ha convertido en el epicentro de una guerra sangrienta entre dos de los grupos armados más poderosos del país: el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el Clan del Golfo. Esta confrontación, que ha sumido en el terror a cinco municipios, tiene como objetivo el control territorial y las lucrativas economías ilícitas de la región.
Los municipios de Istmina, Medio San Juan, Nóvita, Sipí y Litoral del San Juan son los más afectados por esta violencia. Allí, la explotación ilegal de yacimientos mineros y la producción de cocaína alimentan las finanzas de estas organizaciones criminales. Detrás de esta guerra están dos hombres: alias Jerson, líder del ELN, y Pablo Antonio Borja Ortiz, alias Piernas Limpias, cabecilla del Clan del Golfo.
Alias Jerson: El líder del ELN en Chocó
Alias Jerson, también conocido como Galán o Ministro, es el principal cabecilla del Frente Ernesto ‘Che’ Guevara, adscrito al Frente de Guerra Occidental del ELN. Con 21 años en la organización, Jerson es un experto en la instalación de artefactos explosivos y ha sido señalado como responsable de crímenes como rebelión, secuestro extorsivo, tráfico de armas, homicidio y desplazamiento forzado.
Su objetivo es mantener el control del ELN en el Chocó, bloqueando cualquier amenaza que ponga en riesgo su imperio criminal. Actualmente, tiene una orden de captura vigente, pero su habilidad para evadir a las autoridades lo mantiene en la sombra, dirigiendo operaciones que han generado zozobra en la región.
Alias piernas limpias: El cabecilla del Clan del Golfo
Por otro lado, Pablo Antonio Borja Ortiz, alias Piernas Limpias, es el líder de la subestructura Baudó del Clan del Golfo. Con 38 años y una década dedicada al grupo armado, Piernas Limpias ha sido acusado de dirigir acciones bélicas, extorsiones, secuestros y disputas por las rutas del narcotráfico.
Su misión es exterminar al ELN en el Chocó, especialmente en los municipios del Alto, Medio y Bajo Baudó. Las autoridades lo señalan como responsable de actividades ilegales como el narcotráfico, el contrabando, el reclutamiento forzado y los hurtos. Su presencia en la región ha intensificado la violencia, generando un clima de terror entre la población civil.
La Guerra por el control territorial
La confrontación entre el ELN y el Clan del Golfo no es nueva, pero en el Chocó ha alcanzado niveles alarmantes. Ambos grupos buscan controlar las rutas del narcotráfico y los yacimientos mineros ilegales, que representan una fuente millonaria de ingresos.
Además, se ha reportado la posible llegada de disidencias de las Farc desde el Valle del Cauca, lo que podría agravar aún más el conflicto. Organizaciones como el Ministerio Público, la Iglesia católica y líderes locales han alertado sobre el riesgo de una escalada de violencia en la región.
La guerra entre el ELN y el Clan del Golfo ha tenido un impacto devastador en la población civil. Amenazas, desplazamientos forzados y bloqueos a la movilidad han afectado la economía y la vida diaria de los habitantes del Chocó.
El Ejército Nacional ha desplegado operaciones para contener la alteración del orden público, pero la situación sigue siendo crítica. Según las autoridades, el ELN ha sido el principal responsable de las amenazas contra la población, generando un clima de terror que dificulta la vida en la región.
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