En medio del mayor escándalo de corrupción que enfrenta el gobierno de Gustavo Petro, el saliente ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dio sus primeras declaraciones a la prensa. En una entrevista con CAMBIO, Bonilla defendió su gestión, rechazó las acusaciones en su contra y afirmó que no se siente traicionado por el presidente, pese a su renuncia forzada.
Bonilla explicó que su dimisión fue consensuada con el presidente durante un viaje reciente a San Andrés. Sin embargo, su renuncia se produjo tras la publicación de audios en los que su exasesora, María Alejandra Benavides, confesó haber prometido proyectos a congresistas a cambio de la aprobación de millonarios créditos para la nación, señalando que Bonilla estaba al tanto de estas gestiones.
“Mi renuncia no está relacionada con las acusaciones hacia el hijo del presidente o el gerente de su campaña. Fue una decisión discutida previamente con el presidente Petro. Lo que dicen algunos medios son tergiversaciones”, afirmó el exministro.
Ricardo Bonilla rompe el silencio tras renunciar al Ministerio de Hacienda
El escándalo gira en torno a tres proyectos específicos vinculados con recursos destinados a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Según Benavides, los proyectos fueron utilizados como moneda de cambio en negociaciones con congresistas. Bonilla negó estas acusaciones, aclarando que su rol era únicamente el de supervisar el presupuesto y garantizar su ejecución.
“El Ministerio de Hacienda no gestiona contratos. Mi función era elaborar el presupuesto y tramitarlo en el Congreso. Los proyectos en cuestión ya estaban registrados en el sistema desde 2021, antes de mi llegada al ministerio”, argumentó Bonilla.
El exministro aseguró que nunca dio instrucciones para negociar con congresistas ni para beneficiar a contratistas. Según él, las tareas de Benavides se limitaban al seguimiento técnico de los proyectos. “Ella no tenía la jerarquía para decisiones de este nivel. Si cruzó los límites, deberá responder ante la justicia”, sentenció.
Bonilla también señaló que las acusaciones en su contra provienen de un entramado corrupto liderado por Olmedo López y Sneyder Pinilla, quienes buscan reducir sus penas al implicarlo en los hechos. “Es una trampa creada por personas que ya confesaron delitos y buscan enlodar a otros para obtener beneficios judiciales”, añadió.
El presidente Gustavo Petro respaldó públicamente a Bonilla tras su salida, pero calificó lo ocurrido como un “chantaje y extorsión” hacia su gobierno.
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