Iván Cantú, un mexicano de 50 años, enfrenta su ejecución este miércoles en Texas, tras ser condenado a la pena capital por el doble asesinato de su primo y la prometida de su primo en el año 2000. Sin embargo, Cantú ha sostenido siempre que es inocente y que fue víctima de un montaje judicial.
Cantú, que nació en Dallas de padres mexicanos, fue hallado culpable de matar a tiros a James Mosqueda y Amy Kitchen en su casa de un suburbio del norte de Dallas, y de robarles joyas y un vehículo. El principal testigo en su contra fue su exnovia, Amy Boettcher, que declaró que Cantú le confesó el crimen y le mostró las joyas y el auto robados.
Pero en los últimos años, nuevas evidencias han puesto en duda la veracidad del testimonio de Boettcher y de otros testigos clave. Un investigador privado que creó un podcast sobre el caso descubrió que Boettcher había mentido sobre varios detalles de su relación con Iván Cantú y de lo que ocurrió la noche de los asesinatos. Además, otro testigo, el hermano de Boettcher, se retractó de su declaración y admitió que había mentido por presión de la policía.
El caso de Iván Cantú, el mexicano que enfrenta la pena de muerte en Texas entre dudas y reclamos de justicia
Estas revelaciones han generado preocupación entre algunos de los exjurados que condenaron a Cantú, que han expresado su arrepentimiento y su deseo de que se le conceda un nuevo juicio. Uno de ellos, Jeff Calhoun, escribió un artículo de opinión en el que afirmó que se sentía engañado por el sistema judicial y que no estaba seguro de la culpabilidad de Cantú.
Iván Cantú también ha presentado pruebas que respaldan su versión de los hechos, según la cual su primo fue asesinado por narcotraficantes rivales que lo amenazaron a él la noche anterior. Cantú dice que tiene testigos que pueden corroborar su coartada y que hay evidencia forense que no se presentó en el juicio que lo exculpa.
Este hombre ha pedido una audiencia y una sentencia menor o un indulto de 120 días. Su abogada, Gena Bunn, ha solicitado la intervención de la Cancillería mexicana y del gobernador de Texas, Greg Abbott, para detener la ejecución y revisar el caso.
Iván Cantú ha tenido dos fechas de ejecución anteriores, que fueron canceladas por un juez de distrito que ordenó que se realizaran procedimientos adicionales en su caso. Pero la Corte de Apelaciones Penales de Texas rechazó su última apelación sin considerar los méritos de las nuevas pruebas y revelaciones, por razones procesales relacionadas con su primera apelación, presentada por su anterior abogada de apelaciones designada por el tribunal, que pidió ser retirada del caso por su edad y capacidad para representarlo adecuadamente. Pero un juez la obligó a permanecer en el caso.
A horas de su ejecución, Iván Cantú se aferra a su inocencia y a la esperanza de que se haga justicia. Su caso ha generado una gran atención mediática y el apoyo de organizaciones de derechos humanos que se oponen a la pena de muerte.
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