Florencia Guiñazú, una joven de 30 años que jugaba al fútbol, era madre de dos hijos y trabajaba como tatuadora, fue asesinada por su pareja en su casa de Guaymallén, en Mendoza, Argentina. El femicidio se produjo el sábado por la tarde y el autor del crimen, Ignacio Agustín Noto (32), se suicidó luego de ahorcarse con un cable coaxial.
El hecho se descubrió cuando un vecino encontró al hijo de la pareja, de 7 años, jugando solo en el living de la casa. El niño tenía hambre y golpeaba la puerta de la habitación de sus padres, que estaba cerrada con llave por dentro. La hija menor de la pareja, de 5 años, se encontraba en la casa de su abuela materna.
De hecho, Noto dejó un cartel en la puerta de su casa que decía “Llamen a la policía que los niños están solos”. Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron a Florencia sin vida en su habitación. La autopsia reveló que la causa de muerte fue asfixia por estrangulamiento.
La doble tragedia que enluta a Mendoza: Florencia Guiñazú y su pareja, encontrados sin vida en su hogar
La principal hipótesis que investiga el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello es que Noto asesinó a Guiñazú y luego se suicidó. Según las primeras pericias, la víctima murió por asfixia por estrangulamiento.
Medios locales reportan que Florencia Guiñazú había denunciado a su pareja por violencia de género en noviembre del año pasado. Sin embargo, la pareja se habría reconciliado y vuelto a vivir juntos durante las últimas semanas.
Sobre la vida de la joven, se dijo que, además de ser una madre dedicada, Guiñazú era una apasionada del fútbol. Jugaba en el Club Atlético Argentino y era una de las jugadoras más destacadas del equipo.
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