El colombiano Diego Camargo se plantea ganar el Tour de Francia en dos años

El escalador Diego Andrés Camargo Pineda, una de las nuevas joyas del ciclismo colombiano, consideró que este 2021 será de aprendizaje y que por tanto su labor será apoyar a sus compañeros, pero que su meta es disputar el título del Tour de Francia en unos dos o tres años.

“Creo que en dos o tres años debo estar ahí buscando hacer realidad el sueño de ganar el Tour de Francia”, dice Camargo, de 22 años, en una entrevista telefónica con Efe.

El ciclista, que este año defenderá los colores del EF Education Nippo -la misma escuadra en la que están sus compatriotas Rigoberto Urán, Sergio Higuita y David Arroyave- asegura que él no se conformará con “correr por correr” en las grandes pruebas sino que buscará siempre estar “con los de adelante” ya sea en el Tour, en el Giro de Italia o en la Vuelta a España.

A propósito de España, Camargo, que el próximo 3 de mayo cumplirá 23 años, se declara admirador de Alberto Contador, de quien destacó que cuando compitió se caracterizó por “atacar y siempre querer ganar”.

“Contador es un ejemplo no solo para los ciclistas de España, sino que lo es para otros jóvenes del mundo. Era valiente a la hora de atacar, daba espectáculo”, afirma el escarabajo, quien también admira a Nairo Quintana y a Rigoberto Urán.

Camargo, que nació en Tuta, en el montañoso departamento de Boyacá, también tiene elogios para Primoz Roglic, Tadej Pogacar y Remco Evenepoel.
De Roglic recuerda que ha ganado la Vuelta a España y que Pogacar es el actual campeón del Tour de Francia, “solo por mencionar algo de las cosas que han ganado”.

Con Evenepoel se ha cruzado en varias carreras. La más reciente fue el año pasado en la Vuelta a San Juan (Argentina), en donde el belga fue campeón y lo aventajó por más de dos minutos en una contrarreloj de 15,2 kilómetros.

Los reflectores de los cazatalentos del ciclismo se enfocaron el año pasado en Camargo porque se convirtió en el tercer corredor colombiano que ha logrado ganar en un mismo año la Vuelta de la Juventud y la Vuelta a Colombia. Antes lo hicieron sus paisanos Rafael Antonio Niño (1970) y Oliverio Rincón (1989).

“Ganar la Juventud y la Vuelta me abrió el camino para llegar al EF Education-Nippo y ahora tengo que aprovechar al máximo cada oportunidad para mostrarme”, manifiesta el espigado corredor que pesa 65 kilos y mide 1,76 metros.

Por ahora, señala, el equipo quiere llevarlo “paso a paso” y considera que este año debe ser de aprendizaje porque la forma en que se corre en el World Tour es muy diferente al ciclismo colombiano.

“Este año iré a trabajar para el equipo, a ayudar lo más que pueda a mis compañeros y luego veré si tengo la oportunidad de buscar algo para mí”, destaca Camargo, que sigue entrenándose en los alrededores de Tuta.

Los que llevarán los galones en el Educación serán Urán; el británico Hugh Carthy, tercero en la Vuelta a España de 2020; el estadounidense Tejay Van Garderen, y el portugués Ruben Guerreiro, ganador de una etapa del Giro de Italia y rey de la montaña de esa prueba.

También espera aprender de sus compatriotas Sergio Higuita, del ecuatoriano Jonathan Caicedo, e incluso del también colombiano David Arroyave, que también llegó este año al equipo.

El corredor, que vive en una finca de sus padres en donde aprendió a cultivar papa y a cuidar sus vacas, espera iniciar su temporada en la Volta a Cataluña, que se disputará del 22 al 28 de marzo próximo.

“Es lo que me han dicho y seguramente iré allá a correr y será una bonita oportunidad para ir acomodándome en el grupo en donde seguramente estarán muchos campeones”, acota.

Para ser un ciclista más completo Camargo se ha trazado la meta de mejorar en la contrarreloj individual, el talón de Aquiles de los Escarabajos.

“Ahí me hace falta, tengo que mejorar en la contrarreloj lo mismo que en la bajada que han sido los puntos débiles de nosotros los colombianos”, apunta el corredor que tiene otros cinco hermanos quienes, al igual que él, fueron criados en una humilde vivienda del caserío El Alisal, a 2.600 metros sobre el nivel del mar.

Mientras llega la hora de competir, Camargo recuerda que el ciclismo es un deporte difícil y de mucho riesgo pues a la vuelta de cada curva aparecen obstáculos que se deben vencer.

Uno de sus peores momentos lo vivió en 2016 en una competencia local cuando se accidentó al no ver un reductor de velocidad. De ese oscuro momento recuerda que rodó por el piso y que cuando despertó estaba en un hospital en donde los médicos le dijeron que tenía una fractura en la cabeza del fémur.

Lo que siguió fueron seis meses de dolorosa recuperación, tiempo en que sus padres le dijeron que no siguiera montando en bicicleta porque era muy peligroso.

“Me recuperé y aquí estoy y espero hacer realidad mi sueño de ganar el Tour de Francia”, dice el prometedor ‘escarabajo’, que apunta a grandes cosas.

EFE

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