La tarde madrileña se tiñó de blanco radiante. Miles de madridistas, enfervorizados por la conquista de la Liga 36, se congregaron en la emblemática Plaza de Cibeles para celebrar junto a sus héroes el título liguero. La algarabía y la emoción inundaban cada rincón de la céntrica plaza, donde cánticos, bengalas y banderas blancas creaban un ambiente indescriptible.
Desde horas tempranas, la marea blanca comenzó a invadir las calles aledañas a Cibeles. Los aficionados, ataviados con camisetas, bufandas y banderas del Real Madrid, no cabían en sí de júbilo por la gesta de su equipo. El ambiente era electrizante, con cánticos que ensalzaban a los jugadores y al club blanco.
Horas más tarde, el autobús que transportaba a los jugadores del Real Madrid llegó a la plaza. Los futbolistas, exhaustos pero felices por la victoria, fueron recibidos con una ovación ensordecedora. Uno a uno, subieron a la pasarela instalada frente a la diosa Cibeles para saludar a su afición y compartir su alegría.
Cibeles se vuelve blanca: el Real Madrid conquista la Liga 36 y lo festeja con su afición
Uno de los más felices fue el técnico italiano Carlo Ancelotti, quien goza de un gran respeto y cariño dentro de la plantilla y así quedó plasmado tras sus momentos especiales con Eduardo Camavinga y los jugadores brasileños Vinicius, Eder Militao y Rodrygo.
El capitán del equipo, Nacho Fernández, tomó la palabra en nombre de la plantilla para agradecer el apoyo incondicional de la afición a lo largo de la temporada. “Esta Liga es de todos ustedes”, dijo con la voz emocionada. “Gracias por estar siempre con nosotros, en los buenos y en los malos momentos. ¡Hala Madrid y nada más!”.
Tras las palabras de Nacho, los jugadores se entregaron a la celebración. Bailaron, cantaron y saltaron junto a la afición, creando un espectáculo único e inolvidable. La fiesta se prolongó durante horas, con fuegos artificiales y bengalas iluminando el cielo madrileño.
Un título histórico:
La conquista de la Liga 36 significa mucho más que un simple trofeo para el madridismo. Es el broche de oro a una temporada extraordinaria, en la que el equipo ha demostrado una gran solidez y un espíritu de lucha encomiable en el plano local. Además, supone la confirmación del Real Madrid como el club más laureado del fútbol español.
De otro lado, el club busca motivar aún más a sus jugadores que en tres semanas estarán disputando la final de la Liga de Campeones ante el Borussia Dortmund, lo que podría suponer su 15 trofeo del prestigioso torneo.
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