El delantero español Álvaro Morata, actualmente jugador del AC Milan, ha revelado que padece una dolorosa enfermedad llamada neuralgia del trigémino, también conocida como el “dolor del suicidio”, que se considera uno de los más intensos que una persona puede soportar. La dolencia no solo ha afectado su desempeño en el fútbol, sino también su vida personal, aumentando su ansiedad y depresión, según ha explicado en una entrevista con la Cadena Cope.
La neuralgia del trigémino es una enfermedad crónica que produce descargas eléctricas de dolor en uno de los lados de la cara, causando sufrimiento extremo en quienes la padecen.
Este dolor, que puede desencadenarse con simples acciones como masticar o hablar, es descrito por algunos médicos como “el peor dolor físico” que una persona puede experimentar. Morata, de 31 años, ha tenido que lidiar con crisis tan severas que le obligaron a perder entrenamientos y partidos clave con el Atlético de Madrid en la temporada pasada.
La enfermedad crónica que aqueja a Álvaro Morata
“Lo tenía todo y, sin embargo, sentía miedo de todo”, confiesa Morata, quien ha tenido que recurrir a tratamientos médicos y apoyo psicológico para enfrentar esta dura enfermedad.
Además del dolor físico, esta afección ha desencadenado otros problemas emocionales. Morata ha admitido que ha luchado contra ataques de pánico y depresión, un factor que influyó en su decisión de dejar España y trasladarse al fútbol italiano.
El impacto de la neuralgia del trigémino en la vida de Morata no se ha limitado solo a su salud, sino también a sus relaciones personales. En agosto de 2024, él y su esposa, Alice Campello, anunciaron su separación, lo que sorprendió a sus seguidores debido a las muestras públicas de cariño que compartían hasta días antes de la ruptura. Morata ha sido claro en que, aunque su relación terminó, ambos están comprometidos en mantener una buena relación por el bienestar de sus hijos.
A pesar de que existen tratamientos para la neuralgia del trigémino, como anticonvulsivos, relajantes musculares y cirugías, estos procedimientos suelen ofrecer alivio temporal. El riesgo de recaídas es alto, y en muchos casos el dolor regresa con más intensidad. Morata ha seguido tratamientos médicos y psicológicos, reconociendo que el apoyo emocional ha sido fundamental en su proceso de recuperación.
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