Nicolle García, de Medellín a los Goya

En diciembre de 2018, Nicolle García (Medellín, Colombia, 2003) salió una tarde a patinar con sus amigas por las calles de su ciudad cuando una mujer se le acercó y le propuso hacer un ‘casting’ para una película en España; tres años después, está nominada al Goya a mejor actriz revelación por su papel en “Libertad” de Clara Roquet.

“No termino de procesar todo lo que está pasando”, confiesa en una entrevista telemática con Efe la joven actriz, de 18 años, que nunca hasta entonces se había planteado ponerse delante de una cámara. Aquel día le tomaron unas fotos, le grabaron un vídeo y poco más, pero al cabo de unas semanas la llamaron para una primera prueba.

“Me sentí súper bien porque no esperaba nada más, iba como por cumplir; ya a la siguiente vez conocí a Clara y ahí si pensé, Dios mío donde me estoy metiendo…”, recuerda.

Nicolle García estudiaba décimo grado y empezaba a pensar en lo que haría después. “Quería estudiar ingeniería biológica y también me gusta mucho el deporte, el baloncesto y patinar”, señala. Aún le cuesta dar entrevistas y “estar en el foco” pero no quiere desaprovechar esta oportunidad.

“Me ha costado mucho decidirme pero creo que es una oportunidad muy bonita, mucha gente me dice que ven un talento y que puedo seguir por este camino y creo que les voy a tomar palabra”.

La película de Clara Roquet es una de las principales aspirantes a los premios Goya, con seis nominaciones en total, incluidas algunas de las más importantes: mejor película, mejor dirección novel, guion original, dirección de fotografía, actriz de reparto (Nora Navas) y actriz revelación.

El personaje de Nicolle García da nombre al filme. Ella es Libertad, una chica de 15 años, rebelde y magnética, que pone patas arriba la vida de la protagonista, Nora (María Morera), una chica de 14 que pasa las vacaciones de verano con su familia.

Libertad, hija de la mujer colombiana que cuida a la abuela de Nora, enferma de Alzheimer avanzado, se convierte para Nora en la puerta de entrada a un verano diferente y más libre que nunca.

Nicolle García recuerda el rodaje con sentimientos encontrados. “Fue una experiencia muy bonita y aprendí mucho pero también fue muy complicado para mi porque pasó en una etapa de mi vida en la que no estaba muy bien”.

Dice que lo mejor de todo ha sido conocer a la directora Clara Roquet (Madrid, 1988). “Ha sido una persona muy especial conmigo”, asegura, “tuvo mucha paciencia y supo dirigirme muy bien”.

Con María Morera tejió una amistad real. “Compartimos piso, pasamos mucho tiempo juntas después de rodar y los fines de semana, salíamos juntas por Barcelona, eso nos hizo fácil ser amigas en la película”.

El día en que la Academia de Cine anunció las nominaciones en Madrid, en Medellín eran las cinco de la mañana. “Me cuesta madrugar, así que me puse la alarma, me conecté por el celular y avisé a mi madre, cuando dijeron mi nombre no me lo podía creer, mi madre se puso a gritar y a llorar, despertamos a mi hermana y ya empezamos a llamar a todo el mundo”.

Nicolle García tiene previsto viajar a la ciudad española de Valencia (este) para asistir a la gala de entrega de los premios en la que podría sonar su nombre. Las otras candidatas en su categoría son las españolas Ángela Cervantes (“Chavalas”), Almudena Amor (“El buen patrón”) y María Cerezuela (“Maixabel”).

“Todos los días trato de pensar lo que voy a decir, también las entrevistas las preparo pero luego al estar ahí se me olvida todo e improviso, así que no sé, si dicen mi nombre… yo creo que me desmayo”.

EFE

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