El viernes 9 de febrero se informó del deceso de la actriz Renata Flores, a los 74 años de edad. La intérprete, que participó en más de 20 producciones para televisión, falleció de cáncer en la Casa del Actor, donde pasó sus últimos años después de haber vivido en situación de calle.
La noticia fue confirmada por la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI), que expresó sus condolencias a los familiares y amigos de la actriz. “Actriz recordada por sus papeles de villana en melodramas televisivos como Rosa salvaje y ¡Vivan los niños! A sus familiares y amigos les mandamos nuestras más sentidas condolencias”, se lee en una publicación realizada en redes sociales.
El actor y productor Jorge Ortiz de Pinedo, amigo de la actriz, reveló que Renata Flores había sido diagnosticada con cáncer, aunque no especificó de qué tipo. Según Ortiz de Pinedo, la actriz había recibido tratamiento médico y apoyo psicológico en la Casa del Actor, una institución que acoge a los artistas retirados o en situación de vulnerabilidad.
Renata Flores, la actriz que triunfó en Rosa salvaje y ¡Vivan los niños! y que murió de cáncer en la Casa del Actor
Renata Flores fue una actriz y cantante originaria de la Ciudad de México, que hizo una trayectoria artística principalmente en la televisión. Su debut fue en 1967, en la telenovela Gente sin historia, seguida por Juventud divino tesoro, en 1968.
A lo largo de su carrera, participó en alrededor de 28 producciones para televisión, incluyendo novelas y series como Mujer, casos de la vida real, El derecho de nacer, Cuna de lobos, La dueña, María la del barrio, entre otras.
Su papel más recordado fue el de la malvada Leopoldina, en la exitosa telenovela Rosa salvaje, protagonizada por Verónica Castro y Guillermo Capetillo, en 1987.
Sin embargo, a pesar de su talento y su fama, la actriz sufrió una serie de problemas personales y económicos que la llevaron a vivir en la calle durante varios años junto a sus perros. Según contó en una entrevista en 2016, perdió su casa, su dinero y su salud por culpa de un mal manejo de sus bienes y de una depresión.
Gracias a la intervención de la ANDI y de algunos amigos, Renata Flores pudo ingresar a la Casa del Actor, donde recibió alojamiento, alimentación, atención médica y afecto. Allí pasó sus últimos días, rodeada de sus compañeros de profesión y de sus recuerdos.
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