Los gatos son animales fascinantes que han acompañado al ser humano desde hace miles de años. Sin embargo, todavía hay muchos aspectos de su comportamiento y fisiología que nos resultan desconocidos o sorprendentes.
En este artículo, vamos a explorar algunos de los misterios que los rodean desde el punto de vista de la ciencia y que les aportan un tinte de mayor interés.
Uno de los rasgos más característicos de los gatos es su capacidad de caer siempre de pie. ¿Cómo lo hacen? Según un estudio publicado en la revista Science en 1969, estos utilizan un mecanismo llamado “reflejo de enderezamiento”, que les permite girar su cuerpo en el aire sin violar las leyes de conservación del momento angular.
Los gatos pueden hacer esto gracias a que tienen una columna vertebral muy flexible y un oído interno muy desarrollado que les ayuda a orientarse.
Los secretos de los gatos al descubierto: lo que la ciencia nos revela sobre su increíble comportamiento
Otro misterio que intriga a los científicos es el ronroneo. ¿Por qué ronronean? ¿Qué beneficios tiene para ellos y para nosotros? Aunque se suele asociar el ronroneo con el bienestar y la relajación, los gatos también pueden ronronear cuando están heridos, estresados o enfermos.
Algunos investigadores sugieren que el ronroneo tiene una función terapéutica, ya que las vibraciones que produce pueden estimular la curación de los tejidos, reducir el dolor y el estrés, y mejorar la densidad ósea. Además, el ronroneo también puede tener efectos positivos en las personas que conviven con estos animales, ya que puede disminuir la presión arterial, el ritmo cardíaco y la ansiedad.
Un tercer misterio que envuelve a los gatos es su sensibilidad a ciertas sustancias químicas, como la nepeta cataria o hierba gatera. ¿Qué les provoca esta planta? ¿Cómo reaccionan ante ella? La hierba gatera contiene un compuesto llamado nepetalactona, que se une a los receptores olfativos e imita el efecto de las feromonas sexuales.
Esto hace que los gatos se sientan eufóricos, excitados y juguetones cuando entran en contacto con la planta. Sin embargo, no todos reaccionan igual ante la hierba gatera, ya que se estima que un 30% de ellos son inmunes a su efecto por cuestiones genéticas.
Un cuarto misterio que desafía a la ciencia es la inteligencia de los gatos. ¿Qué tan inteligentes son? ¿Cómo se comparan con otros animales? Aunque es difícil medir su inteligencia con los mismos criterios que usamos para los humanos, algunos estudios han demostrado que estos tienen una gran capacidad de aprendizaje, memoria y resolución de problemas.
Por ejemplo, se ha observado que los gatos pueden aprender a abrir puertas, cajas o grifos, recordar dónde se esconden sus juguetes o alimentos favoritos, y resolver laberintos o puzles.
Además, los gatos también tienen una notable habilidad social y comunicativa, ya que pueden expresar sus emociones y necesidades mediante gestos faciales, posturas corporales y vocalizaciones.
Un quinto y último misterio que rodea a los gatos es su relación con los humanos. ¿Cómo se originó esta alianza? ¿Qué beneficios mutuos se derivan de ella? Según algunas evidencias arqueológicas y genéticas, se cree que los gatos se domesticaron hace unos 10.000 años en el Creciente Fértil, donde convivían con las primeras civilizaciones agrícolas.
Los gatos se acercaron a los humanos para aprovecharse de las plagas de roedores que amenazaban sus cosechas, y los humanos les ofrecieron protección y alimento. Con el tiempo, esta relación se fue estrechando y diversificando, dando lugar a las diferentes razas y variedades de gatos que conocemos hoy en día.
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