

Asia
Atentado suicida en mercado de Bagdad causa al menos 32 muertos y 110 heridos
Al menos 32 personas murieron y otras 110 resultaron heridas hoy en un doble atentado suicida en un mercado callejero del centro de Bagdad, en el peor ataque de este tipo que ha sufrido la capital iraquí en los últimos años.
El ataque, que por el momento no ha sido reivindicado por ningún grupo, tuvo lugar en la céntrica plaza de al Tayaran de Bagdad, donde se registraron dos explosiones atribuidas por las autoridades a un “ataque terrorista suicida” en el que dos atacantes se hicieron explotar.
Según el último balance del Ministerio de Salud, hay 32 fallecidos y 110 heridos, pero el número de muertos podría aumentar en las próximas horas ya que el estado de algunos de los heridos es crítico, indicó una fuente del Ministerio de Interior iraquí que pidió el anonimato.
Dicha fuente explicó a Efe que dos terroristas suicidas se hicieron explotar con “un cinturón explosivo y un artefacto casero” en un mercado de ropa de segunda mano.
VERSIONES DEL ATAQUE
Según una primera versión de los hechos, difundida por el portavoz de las Fuerzas Armadas, Yahia Rasul, en un breve comunicado, los dos terroristas “se hicieron explotar cuando las fuerzas de seguridad los perseguían” en la zona de Bab al Sharqi, en el centro de la capital.
Sin embargo, posteriormente el portavoz del Ministerio de Interior, Jaled al Muhana, dijo en declaraciones a la televisión estatal iraquí Al Iraquiya, que el primer atacante suicida fingió estar enfermo y pidió ayuda a las personas que lo rodeaban para, cuando se hubo aproximado un grupo de gente, hacer detonar un cinturón explosivo.
Al Muhana explicó que el segundo atacante suicida se hizo explotar cuando otros ciudadanos acudieron para socorrer a las víctimas de la primera explosión.
“Bagdad”:
Porque registró un doble atentado suicida. pic.twitter.com/AM2Uwt3dVz— ¿Por qué es Tendencia? (@porkestendencia) January 21, 2021
En un vídeo grabado por testigos presenciales y difundido en las redes sociales se ve cómo una de las explosiones, supuestamente la primera, se produce en un punto de la calzada junto a los tenderetes del mercado en el que se había aglomerado un nutrido grupo de personas.
Hacía tiempo que el centro de Bagdad no era escenario de un ataque terrorista de estas características, algo que era muy común en años pasados, especialmente durante y después de la invasión estadounidense entre 2003 y 2011. Los atentados solían ser reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) antes de su derrota territorial en el país en 2017.
El último ataque suicida en la capital fue en mayo de 2019, cuando ocho personas murieron y 15 resultaron heridas después de que un terrorista hiciera explotar su cinturón en un mercado popular del barrio de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, cuya población es mayoritariamente chií.
El primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, ordenó abrir una investigación sobre los fallos de seguridad que permitieron el atentado de hoy y anunció cambios en este ámbito, según un comunicado emitido tras una reunión de emergencia con los máximos responsables en esta materia.
CONDENA INTERNACIONAL
Por su parte, el presidente, Barham Saleh, condenó el doble atentado en su cuenta de Twitter en un mensaje en el que aseguró que las autoridades están “plantando cara con firmeza a estos intentos de desestabilizar el país” y atribuyó la autoría del ataque a “grupos oscuros”.
Irak ha recibido múltiples muestras de apoyo desde el ámbito internacional, de Estados Unidos, la ONU, el papa Francisco, la Liga Árabe u otros países de Oriente Medio.
El pontífice, que hace un mes anunció que visitaría Irak a principios de marzo, envió un telegrama a Saleh en el que deplora “este acto de crueldad sin sentido”, mientras que la misión de las Naciones Unidas en Irak (UNAMI) lo calificó como “acto despreciable”.
La Embajada de Estados Unidos en Irak afirmó en un mensaje en sus redes sociales que el atentado era “un acto de cobardía reprensible que pone de manifiesto los peligros del terrorismo al que se siguen enfrentando millones de iraquíes”.
EFE
Asia
Los primeros días de los últimos de Fukushima

Hace diez años, Japón experimentó el terremoto más destructivo de su historia, uno que quedó marcado en los recuerdos desde el epicentro de la tragedia: los muertos rescatados de un amasijo de autos, aviones y barcos en Natori, el anciano viudo buscando un teléfono o un cargador en un refugio de Fukushima o el radiactivo pueblo de Futaba a punto de morir.
Es difícil digerir y contar con sus matices la tragedia de los desplazados, unos 36.000 que a día de hoy siguen desarraigados de su tierra por la radiactividad; o los minutos de incertidumbre que se convirtieron en días, y para muchos japoneses de las prefecturas de Fukushima, Miyagi o Iwate, en años.
El terremoto de Tohoku, un fenómeno de la omnipotencia de la naturaleza, se vio ampliado por el desastre de la central nuclear de Fukushima Daiichi, un accidente en aquellos días de consecuencias impredecibles y potencialmente catastróficas creado por el hombre y su progreso.
LA NOCHE DEL 12 DE MARZO
La noche del 12 de marzo en la central nuclear de Fukushima Daiichi todo eran carreras, pánico y barras de uranio fuera de control. A pocos kilómetros de ese complejo, decenas de personas, familias con lo puesto, dormían en un aparcamiento sin electricidad que solo se alumbraba con el paso de los convoyes militares.
En la zona de exclusión los teléfonos móviles solo funcionaban a ratos y la radio emitía el mismo parte de emergencia en todas las frecuencias disponibles, mientras que las réplicas y la proximidad del océano no dejaban de recordar: “llegar a mañana no depende de ti”.
Esas familias, que solo empacaron ropa para unos días, como la de Yun con sus dos hijas pequeñas, posiblemente jamás regresarán a vivir en lo que fue su pueblo, que sigue hoy detenido en la tarde del 11 de marzo de 2011.
Al día siguiente, mientras los helicópteros Chinook examinaban fugas en los reactores, decenas de vehículos permanecían abandonados en medio de las calles de Futaba, columnas de humo se dibujaban en el horizonte y al silencio solo lo interrumpían los ladridos de los perros atrapados en las viviendas recién desocupadas a la carrera.
El día 13, un domingo que podría haber sido un martes, con los reactores y las piscinas de combustible nuclear fuera de control, estaba claro que las personas que quedaban en el arco que forman Futaba, Minamisoma y Fukushima estaban abandonadas a su suerte.
UNA AMENAZA INVISIBLE Y LENTA
Poco se puede hacer contra la amenaza de una venenosa radioactividad invisible o para esquivar los isótopos de cesio, que se cuelan entre las paredes y viajan en el aire sin esfuerzo. Los átomos pueden descansar durante décadas en los pulmones o tener la concentración suficiente para firmar una sentencia de muerte irrevocable.
La experiencia de Fukushima la tercera semana de marzo de 2011 no debía distar mucho de lo que vivieron los habitantes de Pripiat en 1986, con el añadido de que la costa de toda esa zona de Japón estaba arrasada por un tsunami de una escala nunca vista y los cimientos de toda la mitad noreste de la región de Tohoku habían quebrado.
El gabinete de crisis en el centro de Fukushima, era, para los estándares de Japón, un absoluto caos de funcionarios trasnochados, técnicos de la eléctrica TEPCO trabajando sin descanso y militares y policías haciendo rondas interminables hacia la zona de exclusión.
Cualquiera podía adentrarse en ese centro de crisis, preguntar por los desaparecidos, ojear las pizarras con planes inconsecuentes o pedir un cigarrillo a quién fuera, porque fumar era lo único que servía para conjurar las prisas, aunque fuera un complemento irresponsable al más cancerígeno de los descansos.
SIN NUEVA NORMALIDAD POSIBLE PARA UN JAPÓN IRREDUCTIBLE
En los momentos de mayor crisis la gente intenta regresar a una normalidad que se les escapa de las manos de una manera casi irracional.
Tras establecer el precario perímetro de la zona de exclusión algunos intentaban colarse para volver a sus casas, mientras que en el pueblo de Iitate se afanaban por reabrir alguna ruta de autobús al tercer día, pese a que el aire rabiaba de radiactividad y muchas zonas estaban ya condenadas a décadas de abandono.
La imagen de una mujer de unos 70 años llevándose el cadáver amortajado de su marido en una pequeña furgoneta pickup, tras haber sido desenterrado por voluntarios de las inmediaciones inundadas del aeropuerto de Sendai por el tsunami, es aún hoy una muestra de la entereza de los japoneses durante una tragedia nacional para un país asentado en el “Cinturón de Fuego”.
Cuando lo peor en la central de Fukushima Daiichi parecía haber pasado y un nuevo Chernóbil era algo improbable, las madres hicieron un petate y partieron camino del sur con sus hijos pequeños, huyendo de las nubes radiactivas, sin prestar mucha atención a todas las comodidades que ese país del primer mundo no podía proveerles hasta nuevo aviso.
Once meses después, el alcalde de Iitate parecía un hombre nuevo. Norio Kanno, regidor de un municipio de parias, aseguraba desde Washington que la respuesta a la crisis siempre estuvo allí sin que se dieran cuenta, en el lema de su pueblo, que había pasado de tener 6.000 vecinos a quedar solo ocupado por fantasmas.
“El lema de nuestro pueblo es ‘madei’, que significa entorno de consideración del otro y la naturaleza. La respuesta a lo que pasó en Fukushima, a la búsqueda de prosperidad y a los problemas de esa necesidad desmedida por más energía era esa -sentenciaba el nuevo Kanno-: no acumular más cosas, sino acumular más momentos y más relaciones humanas”.
Aquellos días de dolor, los periódicos pegados a las puertas de los refugios o escritos a mano en cartulinas eran también un recordatorio de que en los peores momentos, cuando la civilización parece desmoronarse, es la prensa, la información sobre lo que ocurre, una de las pocas esperanzas en el silencio.
EFE
Masacraron a 5 personas en un billar de la vereda #Oropoma, en la vía entre #Ocaña – #Abrego – https://t.co/xVejIIjCBI
— SomosFan.com (@SomosFancom) March 7, 2021
Asia
Un hombre decapita a su hija al verla teniendo relaciones y se entrega con su cabeza en la mano

El asesinato de una joven de 18 años a la que su propio padre decapita, está conmocionando a la India.
Tras el homicidio, el hombre fue encontrado con la cabeza de su hija en la mano de camino a entregarse a la policía local.
Al parecer- el asesino, de 40 años, decapita a su hija por no estar de acuerdo con la relación que mantenía con un joven.
Las imágenes del hombre caminando con la cabeza de su hija en la mano para entregarse a las autoridades, fueron divulgadas por las televisiones indias, provocando la indignación del país.
El crimen se dio en el estado de Uttar Pradesh.
“El acusado vio a su hija en una posición comprometedora con un hombre joven y, al verlo, perdió la calma y decapitó a su propia hija”, dijo Anurag Vats, el superintendente de Policía del distrito de Hardoi donde tuvo lugar ayer el suceso.
Hardoi: Angered by his daughter's alleged love affair, a man in Majhila area beheaded her. Police arrested him while he was walking towards the police station with his deceased daughter's head.
"We are interrogating the man," says Anurag Vats, SP Hardoi pic.twitter.com/5Vfh8fIIUY
— ANI UP (@ANINewsUP) March 3, 2021
#BreakingNews
Angered by an alleged love affair, a man beheaded his 18 yr old daughter with saw in Majhila ,#UttarPradesh . Not just that, after committing crime, he stood up gutful in front of police to confess crime cold-mindedly. @upeidaofficial @UPGovt #HNN24x7 pic.twitter.com/hIIc8VMJ4x— HNN24X7 (@HNN24X7) March 4, 2021
Asia
Al menos 38 muertos en protestas de este miércoles en Birmania, según la ONU

Al menos 38 personas murieron este miércoles en Birmania en una nueva jornada de protestas contra la junta militar violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad, según la enviada especial de la ONU, Christine Schraner Burgener.
“Hoy fue el día más sangriento desde que ocurrió el golpe”, dijo Schraner Burgener en una conferencia de prensa para repasar la situación en el país asiático desde que los militares tomaron el poder el mes pasado.
Las manifestaciones en rechazo del golpe militar continuaron este miércoles a lo largo del país, a pesar de la brutal represión policial, que solo el domingo se había cobrado la vida de 20 manifestantes, la mayoría a causa de disparos de la Policía.
EFE
#StefanoLanducci estaría en #Villavicencio, por voluntad propia – https://t.co/pmYlQyfbLu
— SomosFan.com (@SomosFancom) March 3, 2021
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