Tras un año del colapso, los hospitales de Guayaquil están mejor preparados

Un año después de la peor tragedia que haya sacudido a Guayaquil, que entre marzo y abril de 2020 llegó a ser llamada la “Wuhan de Ecuador”, los hospitales de esta ciudad han adquirido una vital experiencia en la lucha contra la covid-19, con una reducción considerable de los fallecimientos.

El hospital del Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social (IEES), también conocido como “Los Ceibos”, en el norte de la urbe costera, fue el epicentro del combate de una por aquel entonces desconocida enfermedad que en sus primeros días se cebó con Guayaquil, la “Wuhan ecuatoriana”, y que condujo a la declaración de emergencia nacional por el presidente Lenín Moreno el 16 de marzo de 2020.

El caos y muerte de aquel primer mes y medio de incertidumbre ha sido sustituido hoy por la experiencia, medidas de bioseguridad y gestión de recursos, aunque entre su personal siempre persistirá el temor de contagio.

MÁS RIGOR Y EQUIPOS

Algunos “se quebraban” y los veían “llorar agachados” en algún rincón, recuerda Rachel (declina revelar su apellido) de aquellos dramáticos días, cuando la cantidad de fallecidos pasaba factura a todo el personal del hospital y ni siquiera existían equipos de protección contra el virus.

Enfermera de la Unidad de Emergencias de ese centro destinado desde el inicio a la atención de pacientes infectados con el virus SARS-CoV-2, la situación un año después es completamente diferente.

El personal trabaja con mucho más rigor, empezando por la protección personal, con trajes especiales de aislamiento, mascarillas, protectores visuales y faciales, constató Efe.

Médicos, enfermeras y auxiliares están allí a la espera de nuevos pacientes, porque los ingresos a su departamento con enfermedades respiratorias agudas es constante, día y noche, asegura la enfermera.

En su unidad no hay espacio para el cansancio, aunque todos parecen estar agotados por los turnos extenuantes, que se han hecho habituales con la pandemia.

LA WUHAN ECUATORIANA

El primer mes y medio de pandemia, la provincia de Guayas, de la que Guayaquil es capital, llegó a concentrar más del 60 % de todos los casos de contagio en el país andino, que superaban los 25.000 hacia finales de abril.

Un aparte merece la cifra de muertos, pues mientras las autoridades calculaban por aquella época menos del millar en esa provincia (sin incluir casos probables), el Registro Civil arrojaba alarmantes indicadores.

Y es que el desfase de fallecimientos no justificados entre marzo y abril superaba los 9.000, lo que explicaba las dantescas imágenes que dieron la vuelta al mundo de féretros en las calles y cadáveres acumulados en las morgues de los hospitales.

Pero un año después, los contagios y muertes en esa zona han bajado considerablemente.

“El desconocimiento y, a veces, hasta el exceso de protección que tuvimos, nos pasó una factura muy alta. El año pasado teníamos lamentablemente entre 35 y 40 muertos por día. Ahora, una mejor atención, y calidad de aire e insumos necesarios para este tipo de patología, nos ha frenado la tasa de mortalidad”, asegura Danilo Calderón, gerente general del hospital Teodoro Maldonado.

“Sin el ventilador se morían, ahora les da la oportunidad y una esperanza. De cada 10, por lo menos 9 se salvan o tienen la oportunidad de pelearla”, asegura.

Unidad médica que brinda contingencia al Hospital Los Ceibos, sin olvidar otros casos complejos porque en realidad es un centro de especialidades, el Teodoro Maldonado tuvo que pasar una reestructuración para hacer frente a la situación.

PEDIR PERDÓN A LOS MÉDICOS

“El primer paso estratégico que dimos fue pedirle disculpas a los médicos por las condiciones infrahumanas en las venían laborando los compañeros”, destaca el ejecutivo al recordar que ni el aire acondicionado funcionaba bien.

Por el área de emergencia del hospital han pasado 8.550 pacientes con sintomatología leve, moderada y compleja, y se han dado 955 altas hospitalarias a la fecha de pacientes covid-19.

Pero la contención en Guayas es generalizada gracias al aprendizaje, al reforzamiento de personal y a mejores equipos que no existían hace un año.

La provincia tiene constatados hoy 38.286 contagios, 12,73 % del total nacional, y los muertos confirmados y probables ascienden a 3.811 (23,5%).

Aunque siempre se registran picos que llevan al extremo la capacidad de sus hospitales, como ocurrió en enero y febrero, Rachel espera que la pandemia vaya remitiendo conforme avance el plan nacional de vacunación, con el que de momento, han recibido primeras dosis unas 120.000 personas.

El Gobierno ecuatoriano ha anunciado una inversión de más de 200 millones de dólares para inmunizar este año hasta el 60 por ciento de su población, unos 9 millones de personas, si bien el proceso va con retraso.

También Calderón, que hasta enero dirigía el hospital IESS Quito Sur, centinela de la covid-19 en la capital ecuatoriana, ahora epicentro de la pandemia en Ecuador, confía en que poco a poco la situación se vaya normalizando, porque “después de un año, tenemos que verlo como una enfermedad más que enfrenta la civilización”.

“Nunca será una enfermedad normal, siempre presenta sus variantes, pero sí estamos preparándonos cada día mejor”, afirma al instar a la población a la disciplina social, a concienciarse, porque “no hay sistema nacional en el mundo que sostenga una arremetida si es que todos se enferman al mismo tiempo”.

EFE

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