Etiopía empieza a generar energía en la controvertida presa del Nilo Azul

La controvertida presa construida por Etiopía en el Nilo Azul comenzó este domingo a generar energía tras el encendido de la primera turbina, pese a que el proyecto cuenta con la firme oposición de Egipto y Sudán por considerar que la obra impactará negativamente en el caudal del rio.

“El comienzo de la generación de electricidad desde esta presa es una bendición no solo para nosotros, sino también para Egipto y Sudán”, aseveró el primer ministro etíope, Abiy Ahemed, en un discurso tras haberse encargado de poner en marcha la primera turbina de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD).

“Agradecemos a Egipto y a Sudán por presionar sobre este proyecto, porque nos han dado fortaleza”, agregó durante el acto inaugural.

El primer ministro etíope aseguró también que Etiopía no busca “hacer daño” a sus vecinos, sino que su “único deseo” es “sacar al país de la pobreza”.

También sostuvo que el llenado de la presa ha demostrado que el proyecto no influye en el caudal de agua que llega hasta Sudán y Egipto.

“Los hechos, como se ha revelado hoy, es que las aguas fluyen hacia los países ribereños más abajo, después de pasar por las turbinas que generan energía para Etiopía y los países vecinos”, recalcó Abiy.

Esta primera turbina, que cuenta con una capacidad de 375 megavatios, funcionará, por el momento, con capacidad limitada de unos 180 megavatios.

El director ejecutivo de la Corporación de Energía Eléctrica Etíope, Asheber Balecha, detalló a Efe en vísperas de esta inauguración que la turbina recién estrenada es una de las once que tendrá en total la planta de generación eléctrica de la GERD.

Una vez que el proyecto esté completado, en el plazo de los próximos dos años, tendrá una capacidad total de casi 5.200 megavatios.

En Etiopía, este simbólico encendido de las instalaciones de la presa del Nilo fue celebrado como un hito clave para el progreso del país.

“La primera turbina está en marcha. ¡Felicidades! A aquellos que resistieron las dificultades, con costes para su salud y su vida, que negociaron con tan solo los intereses de Etiopía en el corazón, que compartieron sus escasos recursos… este día es vuestro. ¡Nos quitamos el sombrero!”, festejó la presidenta etíope, Sahle-Work Zewde, en la red social Twitter.

La presa del Nilo Azul es el mayor proyecto hidroeléctrico del continente africano y uno de los más grandes de su tipo en el mundo.

Etiopía la considera estratégica para su desarrollo, tanto en términos de irrigación para su agricultura como en cuanto a su capacidad para producir electricidad, pero el proyecto cuenta con el firme rechazo de los países por los que prosigue el Nilo: Sudán y Egipto.

Estas dos naciones consideran que la presa puede afectar en gran medida a los niveles de agua del río en sus respectivos tramos.

Así, el Gobierno egipcio condenó este domingo la puesta en marcha de la turbina al considerarla “una violación más” del compromiso adquirido por Adís Abeba en 2015 para no afectar a los países situados río abajo.

“Después de haber empezado de forma unilateral en la primera y segunda etapa de llenado de la presa, (…) este paso se considera una violación más por la parte etíope de sus compromisos en virtud de la Declaración de Principios del año 2015”, aseguró el Ministerio de Asuntos Exteriores Egipcio en un comunicado.

El desacuerdo sobre el proyecto desembocó en una agria disputa para la que no se ha llegado a un acuerdo pese a que en los últimos años se llevaron a cabo varias iniciativas de diálogo.

En julio de 2021, a petición de los países árabes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acogió una sesión extraordinaria en la que Egipto y Sudán presionaron para que Etiopía negociase un acuerdo sobre la presa.

Buscaban así que la comunidad internacional interviniera y obligara a Etiopía a pactar, tras el fracaso de las negociaciones previas auspiciadas por la Unión Africana.

Pese a esto, solo unos días después, Etiopía anunció la finalización del segundo gran proceso de llenado de la presa, con la vista puesta en dar comienzo a la generación de energía en los siguientes meses.

La primera fase de llenado había sido completada ya en julio de 2020.

La Gran Presa del Renacimiento Etíope tiene una altura de 145 metros y casi 1,8 kilómetros de largo, para una capacidad total de retención de 74.000 millones de metros cúbicos de agua, según datos difundidos por la televisión nacional etíope, Fana Broadcasting Corporate (FBC).

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EFE

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