Los candidatos de Florida ultiman sus actos en una campaña con la mirada en 2024

Los candidatos a las elecciones intermedias en Florida tienen este lunes su última oportunidad para captar votantes en un estado en el que los republicanos parten como favoritos y donde se ha podido echar un vistazo a lo que pueden ser las primarias de ese partido para las presidenciales de 2024.

Los inscritos como votantes republicanos en Florida emitieron más de 1,1 millones de votos en el periodo de votación anticipada que concluyó el domingo frente a poco más de 670.000 demócratas, de acuerdo con la División Electoral estatal, que dio cuenta también de que votaron más de 435.000 personas no registradas en los dos partidos principales.

Las cifras favorecen a los demócratas cuando se trata de la votación por correo, donde suman poco más de un millón, por encima de los más de 920.000 republicanos. Más de 516.000 independientes o que no pertenecen a una de esas agrupaciones remitieron su voto por correo.

Estas figuras se repiten en Miami-Dade, el condado más poblado de Florida que, a juzgar por la mayor participación republicana en el voto temprano (por más de 33.000 votos), mañana martes podría perder su condición de imbatible feudo demócrata en las últimas dos décadas.

La vaticinada reelección del republicano Ron DeSantis como gobernador – la media de encuestas le dan más de diez puntos porcentuales de margen sobre su rival, el demócrata Charlie Crist – podría certificar que Florida se ha teñido formalmente de rojo, el color característico del Partido Republicano, y ha abandonado su naturaleza de estado bisagra, es decir que se inclina por cualquiera de los dos partidos.

En 2018 DeSantis ganó la gobernación por unos 30.000 votos por encima del demócrata Andrew Gillum, pero en Miami perdió por 21 puntos porcentuales.

Cuatro años después, DeSantis puede ganar en Miami-Dade, donde la última vez que un republicano fue el candidato a gobernador más votado fue Jeb Bush en 2002.

LA MIRADA EN LAS PRESIDENCIALES DE 2024

La otra contienda clave de la jornada electoral en Florida es el escaño en el Senado que ocupa Marco Rubio y que, según los sondeos, puede mantener, pues aventaja a su oponente, la demócrata Val Demings, que hoy estará con actos de campaña en el condado de Broward, vecino del de Miami-Dade.

El senador de origen cubano se impone por unos siete puntos porcentuales sobre la afroamericana y ex jefa de policía de Orlando, ciudad del centro del estado en la que ambos estuvieron haciendo proselitismo el fin de semana, en el caso de la legisladora con el libreto de su partido en estos comicios: proteger la sanidad pública, la educación y los derechos reproductivos de las mujeres.

Rubio no ha perdido respaldo entre el electorado latino y en especial en el cubanoestadounidense, que son mayoría entre los hispanos del sur de Florida, una población que, según algunos analistas, tienen más presente la situación económica del país que asuntos de índole social (aborto o los derechos de la comunidad LGBTQ).

La campaña para estas elecciones intermedias en Florida ha permitido ver un atisbo de lo que puede ser el duelo principal en las elecciones primarias republicanas para escoger al candidato presidencial en 2024:

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Ni DeSantis ni el expresidente Donald Trump han confirmado que aspiren a la nominación, pero han dejado claro que ya se tratan entre ellos como rivales.

LA SOMBRA DE TRUMP

Trump, sin duda, es una de las razones por las que Florida se ha inclinado hacia el rojo. En las presidenciales de 2020 ganó en este estado por más de tres puntos porcentuales a Joe Biden, quien finalmente resultó elegido presidente de Estados Unidos.

Significativamente DeSantis no participó este domingo en un mitin de la campaña de Rubio en el que Trump fue el invitado especial.

Hoy el gobernador y candidato a la reelección tiene previsto un mitin en el condado de Palm Beach, donde Trump está domiciliado.

Una figura controvertida por naturaleza, el expresidente es un motor entre los republicanos aunque no cuenta con el beneplácito de todos, como es el caso del magnate Ken Griffin, dueño mayoritario de la firma de inversión Citadel y uno de los mayores donantes de este partido.

“Hizo muchas cosas realmente bien, pero también falló en algunas áreas importantes. Y por un sinfín de razones, creo que es hora de pasar a la próxima generación”, dijo al medio Politico Griffin, quien ha hecho importantes donaciones para la campaña de reelección de DeSantis.

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EFE

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