La India no revierte la calidad de su aire entre promesas incumplidas

Los esfuerzos de la India por reducir la contaminación del aire se pierden entre fallos estructurales y promesas incumplidas; un fracaso que pagan con su salud los más de 1.350 millones de habitantes de este país y sin que se prevea una solución a corto plazo.

Los distintos enfoques de los sucesivos gobiernos para atajar un problema en las ciudades más contaminadas del planeta no han sido suficientes para evitar que siga siendo insano el aire que respiran.

En concreto, 35 ciudades indias están entre las 50 de ciudades más contaminadas en 2020, según el último informe oficial, donde superan todas ellas los 59 micrómetros por metro cúbico de partículas PM 2,5 –las más peligrosas para la salud–, frente a los 10 um/m3 máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y hasta 14 metrópolis rebasaron los 80 um/m3 de media.

Una contaminación del aire que, según la OMS, provoca anualmente 4,2 millones de muertes en todo el mundo.

En la India, una industria esencialmente basada en la quema de carbón, los gases tóxicos generados por el sector de la construcción, los tubos de escape de los vehículos de uso privado, o la quema de biomasa en las zonas rurales, son los principales responsables de la degradación del aire.

LIGERAS MEJORAS

El último esfuerzo por mejorar la situación es el Plan Nacional de Limpieza del Aire, que esta semana cumple su tercer año y busca reducir entre un 20 % y un 30 % para 2024 los niveles de contaminación del aire de las 132 ciudades más afectadas respecto a los índices de 2017.

A pesar de que un centenar de las urbes incluidas en el plan ha experimentado mejoras ligeras en sus niveles de contaminación por partículas PM 2,5 y PM 10, ese avance no es suficiente para alcanzar una reducción del 20 % en 2024.

“El plan, que fue diseñado para fracasar, no es un plan para limpiar el aire de toda la India en absoluto porque está esencialmente centrado en 132 ciudades (…) pese a existir 4.000 en el país”, afirmó a Efe el fundador de LIFE India, Ritwick Dutta, cuya organización ganó el ‘Nobel alternativo’ en 2021.

De momento, tan solo tres urbes han alcanzado una reducción del 20 % en ambos tipos de partículas contaminantes –Benarés, Hubli y Talcher–, pero en todas ellas se sigue respirando un aire “insano”.

PROMESAS INCUMPLIDAS

Además de atajar la contaminación, el plan en cuestión nació con otros objetivos, como aumentar el número de estaciones de monitorización de la calidad del aire, evaluar cuáles son las principales fuentes contaminantes de cada ciudad y limitarlas, o promover el estudio de las consecuencias que tiene el mal estado del aire sobre la población y la economía de la India; todas ellas metas que están lejos de realizarse, aun tres años después de su inicio.

Así ha sucedido con la instalación de las estaciones de monitorización del aire, que ha sucumbido a las expectativas iniciales, puesto que de las 1.500 estaciones que se pretendían tener en funcionamiento en 2024 –ya había instaladas 703 en 2019–, tan solo se han creado 818, según el último informe de progreso del NCAP, elaborado por el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA) de la India.

“Y la mayoría de ellas ni siquiera operan de forma continua, sino manualmente”, criticó Dutta.

Además, el ambientalista reclamó que las ciudades deberían “desincentivar el uso del vehículo privado”, en lugar de “reducir las zonas verdes para ampliar carreteras”, como están haciendo.

El mencionado plan “menciona que se debe aumentar la cubierta de árboles en los puntos críticos de contaminación de las ciudades. Sin embargo hemos descubierto que (en varias ciudades) se plantaron nuevos árboles en áreas que ya eran verdes”, lo que no ayuda a captar el carbono, aseguró.

FALTA DE INCENTIVOS

La directora del Grupo de Investigación y Acción Ambiental Chintan, Bharati Chaturvedi, también situó el foco de atención sobre las emisiones de los vehículos privados en la India, una fuente de contaminación más sencilla de atajar que el resto, a través de la promoción del transporte público y de la inversión en soluciones verdes.

Sin embargo, Chaturvedi, que ha colaborado con el Gobierno indio en la implementación de distintas políticas medioambientales, añadió que estos pasos no se están abordando a tiempo, “ya que no ha habido suficientes incentivos para los estados”, afirmó a Efe.

El incumplimiento de los objetivos no es vinculante para las ciudades, por lo que en lugar de verse perjudicadas las arcas de la urbe, la omisión de estos planes lo tienen que pagar los ciudadanos con su propia salud.

Y para evitar este alto coste, Dutta tiene claro que la India debe dar un primer paso esencial, reconociendo el alcance que tiene su contaminación: “la India tiene que reconocer ante todo que la contaminación del aire no es un problema estacional, sino que dura un año”, concluyó.

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EFE

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