La Paz no celebrará el culto a las calaveras por la pandemia de la covid-19

La tradición del culto a las “ñatitas” o cráneos humanos que se celebra en la ciudad boliviana de La Paz no se desarrollará este año por la pandemia de la covid-19, informó este viernes el Gobierno municipal paceño.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, pidió a quienes acostumbran llevar cada 8 de noviembre a las “ñatitas” en pequeñas urnas o altares no hacerlo y “que las mantengan en casa”, encendiendo las velas y realizando los rituales en sus hogares, según un comunicado de la Alcaldía paceña.

La principal razón es no propiciar las aglomeraciones en el Cementerio General de La Paz y que las medidas de bioseguridad como el uso de tapabocas sean ignoradas por los asistentes a la festividad, algo que se quiere “evitar”, mencionó la autoridad municipal.

Aunque los reportes diarios por contagio del nuevo coronavirus han descendido considerablemente, todavía quedan en pie algunas restricciones como la prohibición de circulación pasadas las 22.00 hora local y el funcionamiento de centros de diversión nocturna.

Esta será una de las pocas veces en que la festividad de las “ñatitas” no se celebrará, justamente por las condiciones sanitarias impuestas por las autoridades.

La creencia es que esta tradición se inició en la época precolombina y la celebración, que implica la profanación de restos mortales, nunca fue del gusto de una Iglesia católica, que la tolera por la gran aceptación que tiene.

El origen de las “ñatitas” es muy variado, pues algunos propietarios reciben las calaveras como regalo “de buena ventura”, otros acuden directamente al cementerio para hacerse con ellas y la mayoría son, simplemente, familiares que no quieren desprenderse del cráneo de sus allegados.

A las “ñatitas” se les atribuyen poderes sobrenaturales y beneficios para los que las portan de generación en generación, ya que se las usa como vigilantes de los hogares para protegerlas de los ladrones y se cree que pueden intervenir en asuntos personales como la salud, la fortuna y el trabajo.

EFE

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