La madre del líder opositor ruso Alexei Navalny, Lyudmila, ha podido recuperar el cuerpo de su hijo, que murió el pasado 16 de febrero en una prisión del Ártico, después de una semana de espera y de presiones por parte de las autoridades rusas, que le ofrecieron un entierro “secreto” o la sepultura en el penal donde falleció.
Así lo ha informado la portavoz de Navalny, Kira Yarmysh, en una publicación en X (antiguo Twitter), donde ha agradecido a todos los que exigieron la devolución del cadáver.
Navalny, el principal crítico del presidente Vladimir Putin, murió a los 47 años en la colonia penitenciaria IK-3, conocida como “Lobo Polar”, donde cumplía una condena de 19 años por delitos que sus seguidores consideraban políticos. Según el Servicio Penitenciario Federal, Navalny se sintió mal tras una caminata y perdió la conciencia casi de inmediato. Los médicos que lo atendieron no pudieron reanimarlo y certificaron su muerte por causas naturales.
La madre de Navalny consigue el cuerpo de su hijo tras negarse al funeral “secreto” de Rusia
Sin embargo, la familia y los colaboradores de Alexei han denunciado que se trató de un asesinato encubierto, y que las autoridades rusas le negaron el acceso a una atención médica adecuada y a una autopsia independiente.
También han acusado al Kremlin de retener el cuerpo de Navalny y de impedir su traslado a Alemania, donde el opositor se había recuperado de un envenenamiento con un agente nervioso en agosto de 2020.
La madre del opositor pasó la última semana en una ciudad cercana a la prisión donde murió su hijo, tratando de confirmar la ubicación de su cuerpo y de reclamarlo.
Las autoridades le pidieron que firmara un certificado de defunción que indicaba que Navalny había muerto por causas naturales, y le dieron tres horas para aceptar un funeral “secreto” para su hijo. Si no estaba de acuerdo, Navalny sería enterrado en los terrenos de la prisión donde murió, le dijeron a la madre del opositor.
Lyudmila se negó a aceptar las condiciones impuestas por las autoridades, y finalmente logró recuperar el cuerpo de su hijo, aunque no se ha revelado cómo ni cuándo.
La viuda de Navalny, Yulia Navalnaya, que se encuentra en Alemania, acusó a Putin de torturar a su marido vivo y muerto, y de burlarse de los restos de los muertos.
La muerte de Navalny ha provocado una condena internacional y una ola de protestas en Rusia, que han sido reprimidas con violencia y detenciones masivas por parte de las fuerzas de seguridad. El Kremlin ha negado cualquier responsabilidad en la muerte del opositor y ha calificado la reacción de Occidente de “histérica”.
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