La Asamblea Nacional francesa aprobó este miércoles una moción de censura contra el primer ministro Michel Barnier, obligándolo a dimitir y dejando al presidente Emmanuel Macron ante el desafío de nombrar un nuevo jefe de Gobierno en medio de una crisis política.
La moción, presentada por el Nuevo Frente Popular (NFP), obtuvo el respaldo de una mayoría simple de diputados, incluyendo partidos progresistas y la extrema derecha, quienes criticaron la gestión de Barnier y el uso del artículo 49.3 para aprobar la ley de presupuesto de la Seguridad Social sin pasar por el voto parlamentario.
“La intransigencia, sectarismo y dogmatismo de este gobierno lo han llevado a este desenlace inevitable”, declaró Marine Le Pen, líder de la extrema derecha, quien votó a favor de la censura. Esta declaración coincide con las críticas de la izquierda, que también señaló la falta de diálogo y consenso en el manejo de Barnier.
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Por su parte, Barnier defendió hasta el final su gestión, argumentando que las decisiones impopulares eran necesarias para frenar la deuda pública. “La realidad fiscal de Francia no desaparece con una moción de censura”, sostuvo en su último discurso como primer ministro.
Con la salida de Barnier, el foco recae sobre Emmanuel Macron, quien enfrenta la tarea de encontrar un sucesor que logre estabilidad en un Parlamento fragmentado. La crisis actual pone en jaque el modelo presidencialista francés, ya debilitado tras las elecciones legislativas anticipadas en junio, que dejaron al Gobierno sin mayoría absoluta.
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