Las criptomonedas estables no son dinero sano, advierte el BPI

Las criptomonedas estables no son dinero sano, como muestran las recientes turbulencias del mercado y el colapso de los precios de las principales de ellas, advierte el Banco de Pagos Internacionales (BPI).

En un capítulo de su informe económico anual 2022, adelantado este martes, el BPI dice que estas criptomonedas suponen nuevos riesgos financieros porque no cumplen con las exigencias de seguridad, responsabilidad, eficiencia, inclusión y apertura para un sistema monetario digital utilizable.

Por ello “una versión digital de dinero emitido por la banca central podría proporcionar muchas de las mismas características que ofrecen las criptodivisas y las criptomonedas estables”, según el BPI, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea.

Esto podría evitar las limitaciones estructurales y los riesgos de los criptoactivos, que incluyen congestión, comisiones elevadas y el pseudo anonimato, características que pueden facilitar el abuso y la actividad ilícita.

El asesor económico y jefe de Estudios del BPI, Hyun Song Shin, dijo que ” los bancos centrales buscan impulsar las fronteras de lo qué es posible, adoptando nuevas capacidades al mismo tiempo que aseguran que los servicios financieros son estables e interoperables nacional e internacionalmente”.

EL COLAPSO DE UST

El BPI analiza en el informe el reciente colapso en mayo de la criptomoneda estable terraUSD (UST), que está vinculada al dólar.

UST es la moneda estable del ecosistema de Terra, creada por el koreano Do Kwon y su empresa Terraform Labs. En la plataforma Anchor llegaron a ofrecer hasta un interés de depósito anual del 20 % por ahorrar UST.

Su uso creció rápidamente en 2021 y 2022 y antes de su colapso en mayo era la tercera criptomoneda estable más grande con una capitalización de mercado que alcanzó en algunos momentos los 18.700 millones de dólares.

Las criptomonedas estables son activos digitales que tratan de mantener un precio sin gran volatilidad como el bitcoin o el ether al estar vinculadas a activos que se consideran seguros como el dólar.

UST mantenía su paridad con el dólar con el respaldo de un algoritmo que crea o destruye la moneda constantemente para ajustar su valor y mantenerlo en la paridad con el dólar.

Ademas, UST está respaldada por el token Luna, que también se usa para estabilizar su precio.

Si el valor de UST superaba un dólar, se podía cambiar un dólar de Luna por UST y ganar la diferencia y si el valor de UST caía por debajo de un dólar, se podía cambiar UST por Luna y obtener la ganancia en el cambio.

De este modo, se ajustaba el valor de UST a la paridad con el dólar, aumentando o reduciendo su oferta en la plataforma Terra según conviniera.

Esto sólo se podía hacer si la capitalización de mercado de Luna superaba la de UST.

El valor de Luna procedía de la entrada de usuarios especuladores en el ecosistema Terra.

“En la medida en que los usuarios confiaban en el valor estable de UST y en la capitalización de mercado sostenida de Luna, se pudo mantener el sistema”, según el BPI.

Pero una vez que los inversores perdieron la confianza, el sistema se desplomó y en mayo el valor de UST casi llegó a cero.

Lo que ocurrió es que UST perdió la paridad con el dólar y bajó a 99 centavos, posteriormente siguió cayendo hasta llegar a perder prácticamente el 99 % de su valor en unos pocos días.

Los usuarios destruyeron sus UST en gran escala a un dólar de Luna con la esperanza de vender Luna mientras tuviera algún valor, pero dado el tamaño y la rapidez del impacto, la confianza desapareció y no había gente suficiente que quisiera comprar nuevas monedas de Luna, por lo que su precio también colapsó, explica el BPI.

El desplome de UST y Luna se contagió a otras de las mayores criptomendas estables.

La criptomoneda Tethercayó a un valor de 0,95 dólares y sufrió salidas de más de 10.000 millones de dólares las semanas posteriores porque no dio detalles de su cartera de reservas, por ello los inversores se preocuparon por si Tether tenía suficientes activos de calidad que se pudieran liquidar para respaldar la paridad con el dólar.

Parece que la criptomoneda estable regulada USDC , que tiene reservas mejor documentadas, recibió los fondos que salían de Tether.

El año pasado el BPI también abordó en su informe económico anual las monedas digitales de bancos centrales.

El 90 % de los bancos centrales del mundo trabajan en estos momentos en el diseño de divisas digitales mayoristas o minoristas, uno de ello es el del Banco Popular de China que tiene 261 millones de usuarios.

El mercado de las criptomonedas perdió 200.000 millones en un solo día

EFE

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