La crisis del Silicon Valley Bank (SVB) de California, un banco que se centraba en atraer depósitos de empresas tecnológicas emergentes, ha generado preocupación en el mercado financiero de EE. UU. y más allá. Aunque algunos analistas han señalado que su caída fue el resultado de una mala gestión del capital en lugar de debilidades en el sistema, la intervención del banco ha tenido un impacto en otros bancos expuestos a los mismos tipos de clientes.
Durante la pandemia, el SVB captó miles de millones de dólares en depósitos de empresas tecnológicas emergentes y utilizó gran parte de ese dinero para comprar Bonos del Tesoro a largo plazo. Sin embargo, la crisis postpandemia y la subida de los tipos de interés llevaron a que sus clientes redujeran el ritmo de sus depósitos y aumentaran sus gastos. Para hacer frente a la necesidad de liquidez de sus clientes, el SVB vendió Bonos del Tesoro sin madurar por 21.000 millones de dólares, lo que generó pérdidas de 1.800 millones de dólares.
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La intervención del SVB ha generado incertidumbre en el mercado, lo que ha puesto de manifiesto la importancia de una gestión adecuada de los recursos de los bancos para evitar situaciones similares. La crisis del SVB ha sido una lección para los bancos que buscan captar depósitos de empresas emergentes en el sector tecnológico y ha destacado la necesidad de un enfoque más cuidadoso y precavido en la gestión de los depósitos y el capital.
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