Una investigación de endocrinos y pediatras de la Universidad de Valladolid (España) y del Hospital Clínico Universitario de esa ciudad han confirmado la eficacia del Índice de Riesgo Glucémico tras realizar la primera evaluación del mundo en pacientes reales, en concreto 202 adultos y niños.
En un comunicado, la Universidad de Valladolid detalló este lunes que el sistema de monitorización continua de glucosa, financiado ya en España por la Seguridad Social, es un pequeño sensor colocado en el brazo o abdomen de personas con Diabetes Tipo 1, y aporta grandes cantidades de información que son analizadas utilizando el Índice de Riesgo Glucémico, GRI, por sus siglas en inglés.
Ese índice consigue evaluar diferentes parámetros relacionados con la glucosa y ofrecer un resultado numérico que integra el tiempo en rango, el tiempo por encima y por debajo del rango.
De acuerdo a las mismas fuentes, ese índice fue testado en un estudio clínico con adultos previo a su presentación, pero ni había sido evaluado en una cohorte real de pacientes adultos ni había sido testado en pacientes pediátricos.
Por ello, investigadores de la Universidad de Valladolid y el Hospital Clínico Universitario han puesto en marcha la primera evaluación del GRI en pacientes reales a nivel mundial.
En ese estudio participaron 202 pacientes, de ellos 137 adultos y 65 niños y los resultados de esta evaluación revelan que el índice es efectivo tanto en pacientes adultos como en pacientes pediátricos.
Los resultados de esta evaluación pionera a nivel mundial se han publicado en la prestigiosa revista Journal of Diabetes Science and Technology bajo el título “Glycemia Risk Index Assessment in a Pediatric and Adult Patient Cohort With Type 1 Diabetes Mellitus”.
La diabetes tipo 1 se caracteriza por ser una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmunológico confunde las células pancreáticas sanas con patógenos eliminándolas e impidiendo la producción de insulina.
Como consecuencia, los enfermos necesitan el tratamiento con insulina en pautas complejas para controlar de forma estricta los niveles de glucemia y evitar complicaciones a corto y largo plazo.
Actualmente, la mayor parte de los pacientes con diabetes tipo 1 utilizan un sensor de monitorización continua para controlar los niveles de glucosa en sangre.
Este pequeño dispositivo, colocado en el abdomen o en el brazo de los pacientes, presenta grandes ventajas como el acceso constante a los valores de glucosa de los enfermos.
Sin embargo, esta cantidad de información parecía inabarcable hasta hace poco tiempo y los endocrinos se centraban en un parámetro denominado ‘tiempo en rango’ (TIR), que no ofrece información sobre el tiempo en el que los pacientes están en hipoglucemia (con valores por debajo del rango objetivo) o en hiperglucemia (con valores superiores).
Para solucionar esta limitación de la monitorización continua de glucosa, un grupo internacional de investigadores desarrolló el citado Glycemia Risk Index (GRI), que es el que ahora ha testado la investigación de la UVA.
Uno de cada diez adultos en todo el mundo, 537 millones, vive actualmente con diabetes según datos de la Sociedad Española de Diabetes, y se prevé que la cifra total aumente a 643 millones (11,3%) en 2030 y a 783 millones (12,2%) en 2045.
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EFE