Funcionarios del Distrito, bajo la lupa de la Procuraduría por el asesinato de Érika Aponte
Érika Aponte era una mujer de 26 años que trabajaba en un local comercial en Bogotá. El pasado 14 de mayo, su expareja, Christian Camilo Rincón Díaz, entró al lugar y le disparó después de una discusión. Luego se suicidó con la misma arma.
Este hecho puso en evidencia las fallas del sistema para proteger a las mujeres víctimas de violencia de género. Tres días antes del crimen, Érika había acudido a la casa de justicia de Usme para pedir ayuda. Allí se le otorgaron unas medidas de protección que le prohibían a Rincón Díaz acercarse a ella o a su hijo.
Sin embargo, esas medidas no fueron suficientes para evitar el fatal desenlace. Por eso, la Procuraduría General de la Nación anunció que investigará a los funcionarios del Distrito que presuntamente omitieron las acciones necesarias pa...