El primer neandertal, al que nadie hizo caso
La historia de la evolución humana es un puzzle incompleto formado por descubrimientos asombrosos que gradualmente nos desvelan quiénes somos y de dónde venimos. Pero solucionar ese rompecabezas no requiere sólo encontrar las piezas que faltan, sino también interpretarlas con destreza.
Uno de los hallazgos más tempranos, notables y, al mismo tiempo, desconocidos de ese periplo científico es la historia del niño de Engis, un hito tan precoz y revolucionario en el conocimiento de los neandertales que la comunidad científica necesitó más de un siglo para reparar en su importancia.
Corría el año 1829, apenas 14 años después de la derrota de Napoleón en Waterloo, cuando el médico y naturalista holandés Philippe-Charles Schmerling se hizo con unos cuantos huesos que desencadenarían un viaj...