Una puerta que no cierra bien puede ser muy molesta y causar problemas de seguridad, aislamiento o ruido. Afortunadamente, reparar una puerta que no cierra bien no es tan difícil como parece y puedes hacerlo tú mismo con algunas herramientas básicas.
En este artículo te explicamos cómo hacerlo paso a paso.
Lo primero que tienes que hacer es identificar la causa del problema. Puede ser que la puerta esté desalineada, que las bisagras estén sueltas o dañadas, que el marco esté deformado o que el pestillo no encaje bien en el cerrojo.
Para saber cuál es el caso, observa la puerta desde diferentes ángulos y comprueba si hay algún espacio entre la puerta y el marco, si la puerta roza con el suelo o el techo, si las bisagras se mueven o hacen ruido o si el pestillo se atasca o no entra.
Aprende a reparar una puerta que no cierra bien con estas herramientas básicas
Una vez que sepas cuál es el problema, puedes proceder a repararlo. Aquí te damos algunas soluciones posibles según el caso:
– Si la puerta está desalineada, puedes ajustar las bisagras para nivelarla. Para ello, necesitas un destornillador, un martillo y unas cuñas de madera.
Lo que tienes que hacer es aflojar los tornillos de las bisagras y colocar las cuñas de madera debajo o encima de ellas para levantar o bajarla hasta que quede alineada.
Luego aprieta los tornillos y comprueba si ya cierra bien. Si no es así, repite el proceso hasta conseguirlo.
– Si las bisagras están sueltas o dañadas, puedes reemplazarlas por unas nuevas. Para ello, necesitas un destornillador, un martillo, unas bisagras nuevas y unos tornillos nuevos.
Lo que tienes que hacer es quitar los tornillos de las bisagras viejas y sacarlas de la puerta y del marco con cuidado. Luego coloca las bisagras nuevas en la misma posición y marca los agujeros con un lápiz. Después perfora los agujeros con un taladro y atornilla las bisagras nuevas. Por último, comprueba si la puerta cierra bien.
– Si el marco está deformado, puedes arreglarlo con masilla para madera o con un cepillo eléctrico. Para ello, necesitas una espátula, una lija, una masilla para madera o un cepillo eléctrico y una pintura del mismo color que el marco. Lo que tienes que hacer es rellenar los huecos o grietas del marco con la masilla para madera y alisarla con la espátula.
Luego deja secar la masilla y lija la superficie hasta que quede lisa. Después pinta el marco con la pintura del mismo color. Otra opción es usar un cepillo eléctrico para rebajar la parte del marco que impide el cierre de la puerta. Luego lija y pinta el marco como en el caso anterior.
– Si el pestillo no encaja bien en el cerrojo, puedes ajustarlo o cambiarlo por uno nuevo. Para ello, necesitas un destornillador, un martillo, un cincel, un taladro y un pestillo nuevo si es necesario.
Lo que tienes que hacer es aflojar los tornillos del pestillo y del cerrojo y moverlos hacia arriba o hacia abajo hasta que queden alineados. Luego aprieta los tornillos y comprueba si la puerta cierra bien.
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