Un estudio reciente publicado en la revista Social Science & Medicine revela que la convivencia con hijos adultos, especialmente a partir de los 30 años, tiene un impacto negativo en la satisfacción con la vida de las madres.
La investigación, llevada a cabo por un equipo de investigadores españoles, analiza la situación de padres y madres de entre 50 y 75 años en España, tomando como referencia la edad de sus hijos y su impacto en el bienestar de los progenitores.
Los resultados del estudio son claros:
La convivencia con hijos adultos mayores de 30 años tiene un efecto negativo en la satisfacción con la vida de las madres.
Este efecto no se observa en el caso de los padres.
La presencia de hijos varones mayores de 30 años en el hogar es la que tiene un mayor impacto negativo sobre las madres.
La convivencia con hijas adultas no parece tener un impacto significativo en el bienestar de las madres.
¿Por qué la convivencia con hijos adultos afecta negativamente a las madres?
Las autoras del estudio sugieren varias explicaciones posibles:
Mayor carga doméstica y de cuidados: Las madres suelen asumir una mayor parte de las responsabilidades del hogar y el cuidado de los hijos, incluso cuando estos ya son adultos. Esto puede generar estrés y sobrecarga, lo que afecta negativamente a su bienestar.
Expectativas frustradas: La presencia de hijos adultos en el hogar puede contravenir las expectativas de las madres sobre la transición a la vida adulta de sus hijos. Esto puede generar sentimientos de ansiedad o frustración.
Menores oportunidades para el desarrollo personal: La convivencia con hijos adultos puede limitar las oportunidades de las madres para dedicarse a su propio desarrollo personal, como hobbies, actividades sociales o relaciones de pareja.
La convivencia con hijos mayores de 30 años perjudica la satisfacción con la vida de las madres, según un estudio
Los autores del estudio sugieren que se implementen políticas que favorezcan la emancipación de los jóvenes, no solo por su propio bien sino también por el de sus madres. Estas políticas podrían incluir:
Medidas de apoyo económico para que los jóvenes puedan independizarse.
Programas de formación para ayudar a los jóvenes a encontrar trabajo y desarrollar habilidades para la vida independiente.
Campañas de sensibilización sobre la importancia de la emancipación para el bienestar tanto de los hijos como de los padres.
Lo que sí queda claro es que en tiempos modernos es importante mirar la necesidad de prestar atención a las posibles consecuencias negativas que la convivencia con hijos adultos puede tener sobre el bienestar de las madres. Es importante que se fomente la emancipación de los jóvenes para que puedan construir sus propias vidas y, al mismo tiempo, permitir que sus madres disfruten de una mayor autonomía y bienestar.
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