La salud mental es un tema que afecta a millones de personas en el mundo, pero que aún sigue rodeado de estigmas, prejuicios y falsas creencias. Muchas veces, estos mitos dificultan que las personas que sufren algún trastorno psicológico busquen ayuda profesional o reciban el apoyo adecuado de su entorno.
Por eso, es importante desmentir algunos de los principales mitos sobre la salud mental y conocer la realidad que se esconde detrás de ellos.
La salud mental no es lo que crees: descubre la realidad y olvídate de los mitos
Mito 1: La salud mental solo concierne a las personas con enfermedades mentales graves.
Realidad: La salud mental es un estado de bienestar en el que la persona puede desarrollar su potencial, afrontar las dificultades de la vida, trabajar productivamente y contribuir a su comunidad. No se trata solo de la ausencia de enfermedades mentales, sino de un equilibrio entre los aspectos emocionales, cognitivos, sociales y espirituales de la persona. Todos podemos tener problemas de salud mental en algún momento de nuestra vida, ya sea por estrés, ansiedad, depresión, duelo, trauma o cualquier otra circunstancia que nos afecte. Por eso, cuidar nuestra salud mental es tan importante como cuidar nuestra salud física.
Mito 2: Las personas con problemas de salud mental son débiles, inestables o peligrosas.
Realidad: Las personas con problemas de salud mental no son ni más débiles, ni más inestables, ni más peligrosas que el resto. Son personas que atraviesan una situación difícil que puede afectar a su forma de pensar, sentir o actuar, pero que pueden recuperarse con el tratamiento adecuado y el apoyo de su entorno. Tener un problema mental no implica tener un defecto de carácter o una falta de voluntad. Tampoco significa ser violento o agresivo. De hecho, estas personas son más propensas a ser víctimas que agresores de la violencia.
Mito 3: Los problemas de salud mental no se pueden prevenir ni tratar.
Realidad: Los problemas de salud mental se pueden prevenir y tratar con éxito en la mayoría de los casos. Existen factores de riesgo y de protección que influyen en el desarrollo y la evolución de los trastornos psicológicos. Algunos factores de riesgo son el estrés crónico, los traumas, el abuso de sustancias, el aislamiento social o la pobreza. Algunos factores de protección son el apoyo familiar y social, el autocuidado, el ejercicio físico, la alimentación saludable o las actividades gratificantes. Además, existen diferentes tipos de intervenciones psicológicas y farmacológicas que pueden ayudar a estas personas a mejorar su calidad de vida y su funcionamiento.
Mito 4: Las personas con problemas de salud mental no pueden trabajar ni estudiar.
Realidad: Las personas con problemas de salud mental pueden trabajar y estudiar si cuentan con las condiciones adecuadas para ello. El trabajo y el estudio son actividades que favorecen la autoestima, la autonomía, el aprendizaje y la integración social de estas personas. Sin embargo, muchas veces se enfrentan a barreras como la discriminación, el estigma o la falta de adaptaciones en el entorno laboral o educativo. Por eso, es necesario promover una cultura inclusiva y respetuosa que reconozca y valore la diversidad y las capacidades de las personas con problemas de salud mental.
Mito 5: Las personas con problemas de salud mental deben ocultarlos o avergonzarse de ellos.
Realidad: Las personas con problemas de salud mental no tienen por qué ocultarlos o avergonzarse de ellos. Estos son parte de la experiencia humana y no definen a la persona ni determinan su valía. Ocultarlos o avergonzarse solo contribuye a aumentar el sufrimiento y a dificultar la búsqueda de ayuda. Por eso, es importante hablar abiertamente sobre ellos y romper el silencio que los rodea. Así se puede crear un clima de confianza y comprensión que favorezca la recuperación y el bienestar.
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