China abre investigaciones a varias tecnológicas para reforzar su escrutinio

China intensificó en los últimos días su campaña contra las tecnológicas con varias investigaciones a compañías como el ‘Uber chino’ Didi, que debutó la semana pasada en la Bolsa de Nueva York, por supuestos riesgos para la seguridad de los datos de los usuarios.

Dos días después de que Didi comenzara a cotizar en Wall Street, tras una salida a bolsa en la que consiguió más de 4.400 millones de dólares, la Administración del Ciberespacio de China (CAC) abrió una investigación contra la compañía y le prohibió registrar nuevos usuarios antes de retirar su aplicación de las tiendas digitales chinas.

Hoy, las autoridades iniciaron pesquisas similares contra el portal de empleo Boss Zhipin y contra otras dos compañías de transporte compartido, Yunmanman y Huochebang, pertenecientes al grupo Full Truck Alliance y conocidas como las “Didi de los camiones” por su similar modelo de negocio.

Pekín, que alega que las medidas tienen por objetivo “prevenir riesgos a la seguridad nacional y proteger el interés general”, también ha restringido el registro de nuevos usuarios en esas tres plataformas.

En sus escuetos comunicados, la CAC cita la Ley de Seguridad Nacional o la Ley de Ciberseguridad, pero no especifica qué artículos de esos reglamentos han infringido las compañías afectadas.

¿PROTEGER LOS DATOS FRENTE A EE.UU.?

Didi, Kanzhun -la matriz de Boss Zhipin- y Full Truck Alliance no solo tienen en común que son compañías que prestan sus servicios a través de plataformas digitales, sino también que todas ellas han salido a bolsa en Estados Unidos en las últimas semanas.

“El auge de la ‘soberanía de datos’ contra la vigilancia del Gobierno estadounidense a las compañías chinas debería ser un aldabonazo para que (las compañías) den prioridad a la seguridad nacional cuando planeen captar fondos en zonas que puedan amenazar la seguridad nacional de China”, apunta Dong Shaopeng, investigador de la Universidad del Pueblo de Pekín, en declaraciones al diario oficial Global Times.

Según ese experto, las compañías de transporte compartido gestionan grandes cantidades de datos relativas a las infraestructuras nacionales de transporte o a los flujos de personas y vehículos, por lo que considera que es “vital” establecer un “cortafuegos” que impida el acceso a esos datos.

Dong fue más allá y pidió la retirada de las recientemente emitidas acciones de Didi, que caían un 8,5 % en la apertura de la sesión del pasado viernes en Nueva York tras el anuncio de la investigación.

La investigación por asuntos de protección de datos no es el único encontronazo de Didi con el Gobierno chino en los últimos años: en 2018 se vio obligada a suspender uno de sus servicios después de que dos de sus conductores violasen y asesinasen a dos pasajeras.

También ha recibido multas y advertencias en diversas partes del país por no tener las licencias regionales necesarias para operar y, aunque todavía no hay confirmación oficial al respecto, algunos medios apuntan que Pekín también habría abierto una investigación separada por supuestas prácticas monopolísticas.

PEKÍN, CONTRA LOS MONOPOLIOS

La campaña antimonopolio busca acabar con prácticas habituales entre las grandes tecnológicas chinas como la conocida como “elegir una de dos” -es decir, exclusividad forzosa con una plataforma en concreto, habitual en el sector del comercio electrónico-, la bajada de precios vía subsidios para conseguir una mayor cuota de mercado o la adquisición de otras compañías sin la autorización pertinente.

En los últimos meses, las grandes firmas digitales del país se han enfrentado a investigaciones y sanciones como la de 18.200 millones de yuanes (2.818 millones de dólares, 2.375 millones de euros) impuesta en abril por el regulador de los mercados al gigante del comercio electrónico Alibaba, la mayor multa antimonopolio de la historia del país.

Durante años, el sector digital ha florecido en China no solo gracias al enorme mercado del país sino también a la laxitud de las regulaciones -o de su aplicación-, algo a lo que Pekín parece haber puesto fin en los últimos meses, especialmente desde la suspensión a última hora de la salida a bolsa de la compañía tecnofinanciera de Alibaba, Ant Group, que iba a ser la mayor operación de este tipo de la historia.

Si bien algunos analistas consideran que el Gobierno chino no quiere permitir que las grandes tecnológicas alcancen tamaño y poder excesivos y así escapar del control de las autoridades, otros como Ivan Platonov, de la consultora china EqualOcean, creen que esto es una “opinión superficial”.

“Estas intenciones antimonopolio son naturales (…). Vemos una gran demanda desde diversos grupos de presión industriales para este tipo de investigaciones. Está claro que tener unos pocos ‘campeones nacionales’ es un entorno más fácil de controlar que un grupo diverso de líderes segmentados”, explica a Efe.

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EFE

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