Los rebeldes hutíes del Yemen han denunciado que su página web principal ha sido cerrada por una empresa alemana de servidores por difundir contenido antisemita contra Israel. Los insurgentes han calificado esta medida como una violación de la libertad de expresión y han acusado a Occidente de hipocresía.
La web de Ansar Alá, el nombre oficial del movimiento hutí, fue clausurada por la empresa Contabo, que alegó que publicaba contenidos que incitaban al odio hacia el sionismo. Los hutíes, que están respaldados por Irán, han emitido un comunicado en el que han rechazado esta acusación y han afirmado que su web solo refleja la realidad de la agresión israelí contra el pueblo palestino.
“Esta acción es ilegal y viola la libertad de prensa, publicación y expresión garantizada por el derecho internacional y las cartas de las Naciones Unidas”, han dicho los rebeldes, que también han señalado que Occidente “encubre el genocidio cometido” por Israel en la Franja de Gaza.
Los hutíes han criticado la “hipocresía” de las consignas de democracia y libertad de opinión y expresión que Occidente ha estado proclamando durante décadas, y han asegurado que seguirán defendiendo la causa palestina y denunciando la ocupación israelí.
Además, los insurgentes han indicado que la empresa alemana también confiscó el archivo de publicaciones de su web, y que eliminó sus extensiones en redes sociales como Facebook y YouTube. Los hutíes han anunciado que están trabajando para restablecer su contenido y que no se dejarán intimidar por estas acciones.
No es la primera vez que los hutíes sufren el cierre de sus cuentas o dominios en internet por parte de empresas o gobiernos occidentales. En julio pasado, YouTube bloqueó 18 canales asociados con los hutíes, y en junio de 2021, el Departamento de Justicia de EE.UU. se apoderó del dominio del principal canal de televisión de los hutíes, Al Masira, junto con otros afiliados a Irán o a milicias iraquíes.
Por otro lado, los propios hutíes han sido acusados de bloquear y censurar páginas web críticas con su movimiento, especialmente desde que tomaron el control de la capital, Saná, a finales de 2014. Según varias organizaciones de derechos humanos, una docena de sitios web de noticias locales e internacionales han sido bloqueados por los rebeldes, lo que supone una grave violación del derecho a la libertad de prensa y al acceso a la información.
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