Después de siete años de viaje espacial, la nave OSIRIS-REx de la NASA está a punto de completar su misión: traer a la Tierra una muestra del asteroide Bennu, que podría contener los secretos del origen de nuestro planeta y de la vida. Además, podría ayudarnos a prevenir un posible impacto de este cuerpo celeste en el futuro.
Bennu es un asteroide rico en carbono, que mide unos 500 metros de diámetro y que orbita alrededor del Sol cada 14 meses. Los científicos creen que se formó hace unos 4.500 millones de años, cuando se creó el sistema solar, y que conserva material primitivo que podría revelarnos cómo se originaron la Tierra y los demás planetas.
¡OSIRIS-REx regresa a la Tierra!
Súmate a nuestra transmisión en vivo del retorno de la cápsula de OSIRIS-REx con muestras del asteroide Bennu.
🗓️ Domingo 24 de septiembre
⏰ 10:00 a.m. EDT, 2:00 p.m. UTC
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— NASA en español (@NASA_es) September 15, 2023
La NASA lanzó la nave OSIRIS-REx en septiembre de 2016, con el objetivo de explorar Bennu y recoger una muestra de su superficie. La nave llegó al asteroide en diciembre de 2018 y lo estudió durante dos años, hasta que en octubre de 2020 realizó una maniobra arriesgada: se acercó al asteroide y extendió un brazo robótico que tocó brevemente el suelo y aspiró polvo y rocas.
La nave logró capturar unos 250 gramos de material, la mayor cantidad que se haya obtenido de un asteroide hasta ahora. Japón, el único otro país que ha logrado traer muestras de asteroides, solo consiguió unos pocos gramos en sus misiones Hayabusa y Hayabusa2.
La muestra recolectada por OSIRIS-REx está guardada en una cápsula especial, que se separará de la nave este domingo 24 de septiembre, cuando esta pase cerca de la Tierra. La cápsula entrará en la atmósfera terrestre y descenderá en paracaídas hasta el desierto de Utah, donde será recogida por un equipo de la NASA.
La cápsula será trasladada al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, donde se abrirá y se analizará la muestra. Los científicos esperan obtener información valiosa sobre la composición química y mineralógica de Bennu, así como sobre su historia térmica y geológica.
Además, la muestra podría ayudarnos a prepararnos para un posible escenario catastrófico: el impacto de Bennu con la Tierra. Según los cálculos de la NASA, hay una probabilidad de 1 en 2700 de que el asteroide choque con nuestro planeta el 24 de septiembre de 2182. Si eso ocurriera, liberaría una energía equivalente a 22 bombas atómicas.
Estudiar las muestras de Bennu podría permitirnos diseñar estrategias para desviar su trayectoria o mitigar sus efectos en caso de colisión. Por eso, la misión OSIRIS-REx no termina con la entrega de la cápsula. La nave seguirá operativa y buscará otro asteroide para visitar en los próximos años.
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