Cada vez más parejas optan por dormir en dormitorios separados, una práctica que algunos llaman “divorcio del sueño”. Lejos de ser una señal de crisis o de distanciamiento, esta decisión puede tener beneficios tanto para la calidad del sueño como para la vida sexual de la pareja, según diversos estudios y expertos.
Según una encuesta de SleepFoundation.org, entre el 25 y el 40 por ciento de las parejas duermen en habitaciones separadas, aunque muchas de ellas no lo admiten por el estigma social que existe al respecto. Sin embargo, las razones que llevan a las parejas a dormir separadas no son motivo de vergüenza, sino de bienestar.
Algunos de los problemas que pueden afectar el sueño compartido son los ronquidos, el movimiento excesivo, los hábitos diferentes, las preferencias de temperatura, las alergias o las mascotas. Estos factores pueden provocar falta de sueño, irritabilidad, estrés y conflictos en la pareja.
Dormir en dormitorios separados: ¿la clave para una pareja feliz?
Dormir en dormitorios separados puede ser una solución para evitar estos inconvenientes y mejorar el descanso de ambos. Según la misma encuesta, las parejas que duermen separadas reportan dormir 37 minutos más cada noche y tener una mejor calidad de sueño.
Además, dormir en dormitorios separados puede tener un efecto positivo en la intimidad y la sexualidad de la pareja. Algunos expertos señalan que dormir separados puede aumentar el deseo, la pasión y la creatividad, al romper la rutina y generar más expectativa y sorpresa.
También puede favorecer la comunicación, el respeto y la autonomía, al reconocer las necesidades individuales de cada uno y buscar momentos de encuentro y conexión más conscientes y significativos.
¿Por qué dormir en dormitorios separados puede ser lo mejor que le pase a tu pareja?
Los millennials son la generación que más practica el divorcio del sueño, según un estudio del Better Sleep Council. Esto puede deberse a que son más abiertos a experimentar con nuevas formas de relacionarse y a priorizar su bienestar personal y el de su pareja.
No obstante, dormir en dormitorios separados no es una opción válida para todas las parejas, ni tiene que ser una decisión definitiva. Algunas parejas pueden sentirse abandonadas, rechazadas o menos unidas al dormir separadas. Por eso, es importante que la decisión se tome de forma conjunta, consensuada y flexible, y que se mantenga el afecto, el contacto y la comunicación.
De hecho, esta decisión puede ser una forma de cuidar el sueño y la relación de pareja, siempre que se haga con amor, respeto y acuerdo.
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