El área deforestada de la Amazonía brasileña cayó un 66 % en agosto respecto al mismo mes del año pasado y alcanzó la menor cifra desde 2018, según datos oficiales divulgados este martes.
El área destruida en agosto fue de 563 kilómetros cuadrados, frente a los 1.661 kilómetros cuadrados de hace un año, de acuerdo a los datos satelitales recabados por el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil.
De igual manera, de enero a agosto la superficie deforestada cayó un 48 % respecto al mismo periodo del año pasado, al pasar de 7.135 kilómetros cuadrados en 2022 a 3.712 en 2023.
En 2022, el último año del Gobierno de Jair Bolsonaro, la superficie de bosque sobre la que pesaban alertas por deforestación batió un récord desde que se empezaron a recopilar estos datos en 2015.
El actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha puesto como objetivo el acabar totalmente con la tala ilegal de aquí a 2030, gracias a un aumento de la vigilancia y de las sanciones sobre los infractores.
De hecho, Lula anunció este martes la creación de dos territorios indígenas y dos enormes reservas ambientales como parte de un conjunto de medidas para preservar la mayor selva tropical del mundo.
Además, el presidente firmó un decreto que permite al Ministerio de Desarrollo Agrario destinar prioritariamente para usos que garanticen su preservación unos 500.000 kilómetros cuadrados de tierras, un área equivalente a la de España.
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EFE