Las tecnologías eólica y solar generaron, en conjunto, el 12 % de la electricidad producida en todo el mundo en 2022, lo que representó un incremento interanual del 2 % y una cifra récord.
Así se asegura en el último informe “Global Electricity Review” publicado este miércoles por el grupo de expertos o “think tank” Ember, que incluye datos de 78 países que concentran el 93 % de la demanda mundial de electricidad.
Según cálculos de la Agencia Internacional de la Energía, ambas fuentes de energía deberían pasar de ese 12 % al 41 % en 2030 para que el sector eléctrico pueda convertirse en el primero en lograr el objetivo de cero emisiones en 2040.
De momento, se explica en el informe, los países que integran la Unión Europea (UE) generaron el 22 % de su electricidad a partir de energía eólica y solar en 2022, aunque ese porcentaje fue aún mayor en siete de ellos, incluida España (33 %), Alemania (32 %) y Países Bajos (32 %).
La solar fue la fuente de generación de electricidad que más rápido creció en 2022, por decimoctavo año consecutivo, con un incremento que rondó el 24 %.
Sólo el alza experimentada en el último ejercicio podría haber cubierto la demanda anual de electricidad de Sudáfrica, explica el informe.
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La eólica aumentó, por su parte, un 17 % el año pasado, lo suficiente como para abastecer a casi todo el Reino Unido, añade.
Juntas, todas las fuentes de electricidad denominadas limpias (renovables y nucleares) alcanzaron un 39 % de la electricidad mundial, lo que fue también un nuevo récord.
Pese a este incremento, el carbón se mantuvo en primer lugar en términos de producción, con un 36 % de la electricidad mundial en 2022.
El informe asegura, asimismo, que el crecimiento de la generación eólica y solar en 2022 cubrió un 80 % del aumento de la demanda mundial de electricidad.
A pesar de la crisis mundial del gas y de los temores de una vuelta al carbón, fue ese aumento de la eólica y la solar el que limitó el incremento de la generación de carbón, que fue del 1,1 %, en tanto que la electricidad producida con gas bajó un 0,2 %, sostienen los expertos.
Y esto significa, añaden, que las emisiones del sector eléctrico aumentaron un 1,3 % en 2022 y alcanzaron un máximo histórico, que, sin embargo, puede haber sido el “pico” de estas emisiones y el último año de crecimiento de la energía fósil, ya que, en el futuro, la demanda se cubrirá con energía limpia.
Como resultado, se produciría un pequeño descenso de la generación fósil (-0,3 %) en 2023, al que seguirían caídas mayores en los años siguientes a medida que se acelere el despliegue de la energía eólica y solar.
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EFE