Conectar invasión biológica y pandemias, clave para combatir ambas amenazas

Las especies exóticas invasoras (EEI) y las pandemias, como la de la covid-19, son fenómenos muy similares que estudian por separado biólogos, ecólogos, sanitarios o epidemiólogos, pese a que compartir conocimientos y herramientas ofrecería un gran potencial para luchar contra ambas amenazas.

“Existe una gran conexión entre invasiones biológicas y pandemias. Ambas van en aumento por la globalización y están relacionadas con la pérdida de biodiversidad y el cambio climático”, según la investigadora del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC Belinda Gallardo, quien ha inaugurado el VI Congreso Nacional de EEI que se celebra en Navarra.

Además, tanto las invasoras como las enfermedades emergentes se caracterizan por su rápida reproducción y dispersión, así como porque suelen aparecer en zonas degradadas y por tener su máximo impacto en aquellas comunidades con las que nunca antes habían tenido contacto.

Las similitudes van más allá, según Gallardo, ya que cuando un ecosistema está degradado es más vulnerable a las EEI, lo mismo que cuando un humano tiene un estado de salud precario es más proclive a enfermar.

Además, al igual que una vez curamos una enfermedad a veces seguimos padeciendo consecuencias a largo plazo, con las invasoras ocurre lo mismo, incluso cuando las erradicamos tienen efecto legado y, en ocasiones, los cambios que han producido en los ecosistemas son difíciles de revertir.

“Esos puntos en común nos hacen ver que son fenómenos muy similares que ahora estamos estudiando por separado desde disciplinas muy diferentes: por una parte, biólogos y ecólogos y, por otra, profesionales de la salud y epidemiólogos que deberían compartir conocimientos y herramientas para afrontar mejor ambos desafíos”, ha aseverado

Mientras en ecología de las invasiones hay factores como el transporte o la degradación de ecosistemas que se tienen muy estudiados y saben muy bien cómo incorporarlos a las herramientas predictivas, en el caso de las epidemias no se están elaborando mapas de riesgo.

En sentido contrario, resulta muy interesante ver cómo las herramientas que se desarrollan en epidemias están muy orientadas a escenarios de manejo, como ver qué pasa si usamos las mascarillas o si vacunamos a tanto porcentaje de la población.

“Van viendo cuál es el impacto de cada medida. En el caso de las invasiones, nos falta encontrar cómo aplicar esa orientación a resultados. Por ejemplo, estaría bien ver qué ocurre si se regula el mercado ilegal de mascotas”, según Gallardo.

“Manejamos datos bastantes similares y el enriquecimiento mutuo podría ser muy alto”, ha insistido Gallardo, que ha abogado también por aunar esfuerzos a la hora de controlar fronteras o identificar zonas con mayor probabilidad de surgimiento de una EEI o una enfermedad emergente, pues suelen coincidir.

ENSEÑANZAS DE LA COVID-19

“Si la covid-19 nos ha enseñado algo es que la cooperación internacional es posible y facilita muchísimo el avance de la investigación”, ha subrayado la investigadora, quien ha apuntado que lo habitual es que se hubiera tardado “décadas” en compartir datos y conocimiento.

Contar con datos de calidad y actualizados con la rapidez con la que se tenían los del covid “sería una gran ayuda para la gestión de otro tipo de riesgos”, en opinión de Gallardo, quien ha subrayado que la pandemia también ha demostrado la importancia de establecer mecanismos de seguridad y comportamientos cívicos, y que es más efectivo y barato invertir en prevención que actuar “cuando el problema está dentro de casa”.

Por otra parte, ha señalado la importancia de identificar qué grupos de especies o patógenos son los que tienen más riesgo de expansión, así como las zonas con una mayor probabilidad de verse “infectadas”.

En el caso de las EEI, las herramientas de modelización geográfica ayudan a priorizar las zonas que se deben monitorizar activamente, algo que podría servir igualmente en el caso de enfermedades emergentes, máxime cuando no se cuenta con recursos humanos y económicos para hacer un seguimiento en todas partes.

Está estudiado que, en términos generales, las zonas más susceptibles de verse afectadas por EEI son la costa y las áreas cercanas a grandes núcleos de población o con infraestructuras de transporte.

“En España, en el caso de enfermedades emergentes no conozco que existan mapas de surgencia de brotes zoonóticos, pero me atrevería a decir que serían similares porque se mueven de la misma manera o tienden a surgir en el mismo contexto: zonas degradadas con elevado nivel de actividad humana y elevado contacto entre personas y animales”, ha añadido.

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EFE

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