El Gobierno cántabro está empeñado en poner todos los medios para que el águila pescadora no sea solo ave de paso en la comunidad, lograr su reproducción y que se asienten colonias, y para ello va a impulsar una regulación de actividades en los estuarios donde ya hay machos y va a aprobar un Plan de Gestión.
Se trata de una especie considerada vulnerable en todo el territorio nacional, incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
En algunas comunidades, como Baleares, han conseguido que se reproduzca, y hay otras, como País Vasco y Andalucía, que lideran iniciativas que buscan ese objetivo.
La Consejería de Desarrollo Rural de Cantabria explica a Efe que hace años ésta era una especie que se reproducía y nidificaba en España, pero que poco a poco se ha ido retirando hasta convertirse en una ave meramente migrante y de paso.
Baja a África y sube a reproducirse a Escocia, donde hay unas buenas colonias de águila pescadora, que tiene una distribución “bastante global” pero cuya población “ha ido bajando muchísimo en Europa”, señalan técnicos de Biodiversidad del Gobierno cántabro.
Por eso, desde hace años, comunidades como Andalucía o el País Vasco empezaron a tomar medidas y a desarrollar proyectos para fijar poblaciones y para la reproducción en la Península.
El éxito ha sido “relativo”, porque han conseguido algunos puntos de reproducción, y Cantabria quiere tomar ese ejemplo y facilitar que el águila pescadora tenga crías en sus estuarios.
En esta región se ha constatado, de hecho, la llegada de ejemplares de la especie, particularmente en la invernada y en los periodos migratorios.
Hay tres zonas en las que ya se ha verificado su presencia: el estuario de Rubín, en Oyambre, la marisma del Conde, en la zona de Marina de Cudeyo y el canal del Miera, y la marisma de Escalante.
Allí algunas Ong y empresas ya se han movido y han colocado plataformas para facilitar la nidificación de los machos.
Se trata de un primer paso, porque una vez que los machos se asientan en estas plataformas ubicadas en zonas estratégicas para pescar se puede producir el acercamiento de las hembras, que se quedan donde hay “buen alimento y tranquilidad”.
Sin embargo, aunque se ha registrado el intento de cría, en los estuarios de Cantabria no ha habido resultado hasta la fecha.
Y eso que reúnen las condiciones ecológicas “idóneas” para esa reproducción, porque tienen recursos para alimentarse y se cumplen las condiciones de salubridad. “Tendrías que ver lo que pescan y los pedazo de peces que cogen”, apuntan los técnicos de Biodiversidad.
El problema es la presencia y la interacción del ser humano en el medio, y las actividades especialmente ‘molestas’ o invasivas que se desarrollan en esas zonas, en una época como es el verano, que es cuando crían estas aves.
“Tenemos fotografías de gente que se acerca con motos de agua hasta la plataforma, que se aproxima para sacarse selfis, otros que van hasta allí andando, y es por lo que vamos a intentar actuar”, apuntan los técnicos, que advierten de que estos comportamientos asustan a las hembras y las alejan, frustrando la reproducción.
Lo que se intenta es “aprender de las experiencias de comunidades vecinas” y “marcar unas reglas de juego para favorecer un poco las condiciones para esta especie”.
Por eso, el Gobierno cántabro ha iniciado el trámite de consulta pública previo al inicio del proceso de elaboración y aprobación del Plan de Gestión del águila pescadora en la comunidad autónoma.
Se quiere determinar el ámbito de aplicación del futuro Plan de Gestión y establecer unas limitaciones especiales de usos y actividades en los puntos más sensibles donde ya se está constatando la estabilización de parejas con potencial reproductor.
EFE
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