¿Tienen que ver los visones con los brotes de COVID19?, al menos Holanda le pone fin a su cría

El Gobierno holandés decidió poner fin a la práctica de la cría de visones para la industria peletera, después de que se registraran múltiples brotes de coronavirus en diferentes granjas en Países Bajos que obligaron a sacrificar a decenas de miles de estos mustélidos.

Todas las granjas, incluidas aquellas en las que aún no se han dado casos de coronavirus, deben cerrar el negocio en marzo del próximo año como fecha límite, una vez el “periodo de pelaje”, que comienza en noviembre, haya terminado y los animales hayan sido despojados del mismo, según confirman fuentes del Ejecutivo a la televisión holandesa NOS.

Esto significa que la próxima será la última temporada para la industria peletera en Países Bajos, una actividad muy polémica entre los holandeses, que terminó en el Tribunal Supremo y que, igualmente, debía llegar a su fin en 2024, debido a una sentencia judicial que considera esta práctica poco moral y agresiva con los animales.

Fin a la cría de visones, práctica cruel

El fin de la cría de visones en Países Bajos se adelanta a 2021 a causa de decenas de brotes de coronavirus en diferentes granjas, lo que tuvo efectos devastadores para el negocio de más de 40 empresas, que tuvieron que sacrificar a la totalidad de sus animales para evitar el aumento de los contagios y que sus instalaciones se conviertieran en un reservorio del virus.

El Gobierno holandés opta así por no sacrificar de forma preventiva a los visiones de todas las granjas, incluidas las que aún no están afectadas por el coronavirus, porque considera que el peligro para la salud “no es lo suficientemente grande” como para tomar una decisión tan radical.

Sin embargo, y como se han dado al menos dos casos confirmados en Holanda de transmisión del virus de animal a humano, los primeros conocidos en el mundo, las autoridades sanitarias del país temen que, a largo plazo, estas granjas sí pasen a ser reservorios o principales focos del coronavirus.

Según fuentes de La Haya, las medidas costarán al Gobierno holandés unos 180 millones de euros (214 millones de dólares): 40 millones en sacrificios de visones y 140 millones en sus obligaciones, como indemnización, con las empresas a las que exige el cierre.

Que la decisión no tenga un efecto inmediato también le ahorrará costes al Ejecutivo, que aún debe endurecer las medidas para la gestión de situaciones sanitarias dentro de estas granjas y modificar, con el visto bueno del Parlamento, la ley que prohíbe esta práctica, puesto que no entraba en vigor hasta 2024.

A mediados de este año, aún había unas 130 granjas de visones en Países Bajos, con más de 800.000 de estos animales, siendo criados y cuidados para despojarlos después de su pelaje.

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