Una densa nube de humo proveniente de los devastadores incendios forestales en Brasil, Bolivia y Paraguay ha provocado un fenómeno meteorológico inusual en la región: la lluvia negra. Este fenómeno, resultado de la mezcla de agua de lluvia con partículas de hollín provenientes de los incendios, está generando preocupación por los impactos en la salud y el medio ambiente.
Los incendios forestales, que han arrasado millones de hectáreas en la región, han liberado grandes cantidades de humo y partículas contaminantes a la atmósfera.
Estas partículas, al entrar en contacto con la humedad de las nubes, forman gotas de lluvia de color oscuro que arrastran consigo contaminantes.
La naturaleza nos cobra factura: lluvia negra como consecuencia de los incendios en Brasil, Bolivia y Paraguay
El meteorólogo Estael Sias explica que la lluvia negra puede contener metales pesados, compuestos orgánicos volátiles y otras sustancias tóxicas que pueden tener efectos perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas. La inhalación de estas partículas puede causar problemas respiratorios, irritación en los ojos y la piel, y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Además de los impactos en la salud, la lluvia negra también puede contaminar suelos y aguas superficiales, afectando la agricultura y la biodiversidad.
Las autoridades de los países afectados han emitido alertas sanitarias y recomendaciones a la población para protegerse de los efectos de la contaminación. Se recomienda evitar actividades al aire libre, utilizar mascarillas y mantener las ventanas cerradas.
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