El lenguaje corporal es una forma de comunicación no verbal que puede tener un gran impacto en la forma en que te perciben los demás. Según algunos estudios, el lenguaje corporal representa el 55% del mensaje que transmites, mientras que las palabras solo el 7% y el tono de voz el 38%. Por eso, es importante saber cómo usar el lenguaje corporal a tu favor, para proyectar una imagen positiva, confiada y creíble.
Lenguaje corporal: cómo transmitir lo que quieres con tu postura, gestos y expresiones
El lenguaje corporal incluye varios aspectos, como la postura, los gestos, las expresiones faciales, el contacto visual, la distancia personal y el movimiento.
Cada uno de estos elementos puede enviar señales sobre tu estado de ánimo, tus intenciones, tus emociones y tus actitudes. Por ejemplo, una postura erguida y abierta puede indicar que estás seguro de ti mismo y dispuesto a escuchar, mientras que una postura encorvada y cerrada puede sugerir que estás inseguro o desinteresado.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos para mejorar tu lenguaje corporal y cambiar la forma en que te ven los demás:
– Mantén una postura alineada y equilibrada. Esto significa que debes evitar cruzar los brazos o las piernas, encoger los hombros o inclinar la cabeza hacia un lado. Estas posturas pueden transmitir nerviosismo, defensa o falta de confianza. En cambio, trata de mantener la espalda recta, los hombros relajados y la cabeza centrada. Esto te hará ver más seguro, atento y respetuoso.
– Usa gestos adecuados y coherentes. Los gestos son una forma de enfatizar o ilustrar lo que dices con las manos, los brazos o la cabeza. Sin embargo, debes evitar usar gestos excesivos o incongruentes, que puedan distraer o confundir a tu interlocutor. Por ejemplo, no señales con el dedo o hagas gestos obscenos, ya que pueden ser ofensivos o agresivos. Tampoco hagas gestos contradictorios con lo que dices, como negar con la cabeza mientras afirmas algo. En su lugar, usa gestos moderados y armoniosos, que acompañen tu discurso y refuercen tu mensaje.
– Expresa tus emociones con tu rostro. Las expresiones faciales son una forma de mostrar tus sentimientos y reacciones ante lo que dices o escuchas. Por eso, debes evitar tener una cara inexpresiva o falsa, que pueda dar la impresión de que eres frío, indiferente o deshonesto. Al contrario, trata de sonreír cuando sea apropiado, mostrar sorpresa, asombro o interés cuando sea necesario y fruncir el ceño o mostrar disgusto cuando sea pertinente. Eso sí, asegúrate de que tus expresiones sean auténticas y sinceras, ya que las personas pueden detectar fácilmente las emociones falsas.
– Establece contacto visual con tu interlocutor. El contacto visual es una forma de demostrar tu atención e interés por lo que dice la otra persona. También puede ayudarte a crear una conexión más profunda y a generar confianza y empatía. Por eso, debes evitar mirar hacia otro lado o al suelo cuando hablas o escuchas, ya que puede parecer que estás aburrido, distraído o nervioso. En cambio, mira a los ojos de tu interlocutor de forma natural y frecuente, pero sin fijarte demasiado ni intimidar. Esto te hará ver más seguro, respetuoso y amigable.
– Respeta el espacio personal de los demás. El espacio personal es la distancia que mantienes con las personas con las que interactúas. Este espacio puede variar según la cultura, la situación y el grado de intimidad que tengas con la otra persona. Por eso, debes evitar invadir el espacio personal de los demás, acercándote demasiado o tocándolos sin su consentimiento, ya que puede ser incómodo o invasivo. También debes evitar alejarte demasiado o crear barreras físicas, como poner objetos entre tú y tu interlocutor, ya que puede ser frío o desconfiado. Lo ideal es mantener una distancia adecuada y cómoda para ambos, que te permita comunicarte de forma fluida y cordial.
Como ves, el lenguaje corporal es una herramienta poderosa que puedes usar para mejorar tu comunicación y cambiar la forma en que te ven los demás. Este debe ser coherente con lo que dices y con lo que sientes, para transmitir un mensaje claro y convincente. Así, podrás aumentar tu influencia personal y profesional, y lograr tus objetivos con más facilidad.
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