Si tienes una pared con grietas o agujeros, no te preocupes, hay soluciones sencillas y económicas para repararla y dejarla como nueva. En este artículo te explicamos paso a paso cómo hacerlo, qué materiales necesitas y qué consejos debes seguir para evitar que el problema se repita.
Cómo reparar paredes con grietas o agujeros: paso a paso
Lo primero que debes hacer es identificar el tipo y el tamaño de la grieta o el agujero que quieres reparar. No es lo mismo una fisura superficial que una grieta profunda o un agujero grande. Dependiendo de esto, necesitarás unos materiales u otros.
Para las fisuras superficiales, lo más recomendable es usar una masilla acrílica o un sellador elástico, que se aplican con una espátula o una pistola. Estos productos rellenan la grieta y secan rápidamente, dejando un acabado liso y uniforme. Además, se pueden pintar sin problemas.
Para las grietas profundas o los agujeros pequeños, lo mejor es usar un yeso o un plaste, que se mezclan con agua y se aplican con una llana o una espátula. Estos productos tienen más consistencia y rellenan mejor los huecos, pero tardan más en secar y pueden agrietarse si se aplican en capas muy gruesas. Por eso, es conveniente aplicar varias capas finas y dejar secar entre cada una.
Para los agujeros grandes, lo ideal es usar un parche de yeso o de fibra de vidrio, que se corta a la medida del agujero y se pega con cola o cinta adhesiva. Estos parches cubren el hueco y refuerzan la pared, pero hay que alisarlos bien con una lija y aplicar una capa de plaste o masilla para disimularlos.
En todos los casos, antes de aplicar el producto elegido, hay que limpiar bien la zona a reparar, eliminando el polvo, la suciedad y los restos sueltos. También hay que humedecer la superficie con un trapo o una esponja para mejorar la adherencia del producto. Y después de aplicarlo, hay que alisarlo bien con una espátula o una llana, siguiendo la dirección de la grieta o el agujero.
Una vez que el producto haya secado por completo, hay que lijar la zona para eliminar las irregularidades y dejarla lisa y nivelada con el resto de la pared. Luego, hay que limpiar el polvo generado con un trapo húmedo y dejar secar.
El último paso es pintar la pared para disimular la reparación y darle un aspecto renovado. Para ello, hay que elegir una pintura del mismo color y tipo que la existente (plástica, temple, etc.) y aplicarla con un rodillo o una brocha. Es conveniente dar dos capas de pintura para cubrir bien la zona reparada y evitar diferencias de tono.
Con estos sencillos pasos podrás reparar tus paredes con grietas o agujeros sin necesidad de contratar a un profesional ni gastar mucho dinero. Solo necesitas unos materiales básicos que puedes encontrar en cualquier ferretería o tienda de bricolaje y un poco de paciencia y habilidad.
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