El reciente aumento del salario mínimo en Colombia para 2025 ha generado intensas discusiones sobre su impacto en la economía y el empleo. Este tema no solo ha captado la atención de expertos y gremios, sino también de líderes políticos como el expresidente Álvaro Uribe, quien compartió su perspectiva en redes sociales. Su enfoque, que busca balancear un salario digno con medidas que favorezcan la sostenibilidad empresarial, ha reabierto el debate sobre cómo lograr un desarrollo económico inclusivo y duradero.
La postura de Álvaro Uribe sobre el salario mínimo
A través de un mensaje publicado en X, Uribe expresó su respaldo a un salario mínimo “alto, pero perdurable”. Sin embargo, enfatizó que para lograr esta meta es fundamental que el entorno económico permita a las empresas operar con mayor flexibilidad y menos cargas tributarias.
Uribe propuso reducir impuestos empresariales y flexibilizar las normas laborales como medidas clave para garantizar la sostenibilidad de un salario digno. Según el expresidente, estas acciones contribuirían a evitar empleos informales, contratos temporales y la precarización laboral.
“Es mejor un peso de inversión por el empresario o de salario al trabajador que un peso de impuestos al Estado”, subrayó Uribe, destacando la importancia de un gobierno austero y comprometido con la defensa de la iniciativa privada.
El contexto del aumento del salario mínimo en 2025
El gobierno de Gustavo Petro anunció que el salario mínimo mensual para 2025 será de $1.623.500, incluido el auxilio de transporte. Esto representa un incremento del 9,54 % en comparación con 2024. Aunque esta medida beneficiará directamente a más de 2,6 millones de trabajadores que perciben el salario mínimo, su impacto indirecto podría extenderse a más de 10 millones de colombianos.
Sin embargo, las reacciones de diversos sectores han sido mixtas. Mientras algunos celebran esta mejora como un avance en la calidad de vida de los trabajadores, gremios como Fenalco consideran que el aumento es desproporcionado y carece de fundamentos técnicos. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, advirtió que este incremento podría desincentivar la contratación y afectar la recuperación económica.
Las implicaciones económicas del aumento
El salario mínimo no solo define los ingresos de los trabajadores, sino que también influye en los costos laborales para las empresas. Según Andrés Forero, representante de la oposición, este aumento podría reactivar las presiones inflacionarias que recientemente habían mostrado signos de control.
Por otro lado, el gobierno defiende el incremento como una medida necesaria para reducir la desigualdad y fortalecer el poder adquisitivo de los colombianos. Sin embargo, los críticos sostienen que, sin una reducción de las cargas impositivas y una flexibilización en la legislación laboral, el aumento podría traducirse en mayores niveles de informalidad.
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