Este domingo 22 de octubre, los argentinos volverán a las urnas para elegir al próximo presidente de la Nación. Sin embargo, existe la posibilidad de que ninguno de los candidatos logre el porcentaje necesario para consagrarse en primera vuelta y se deba realizar un balotaje. ¿En qué consiste este sistema y cuándo se implementó en el país?
Lo primero para explicar es qué se necesita para ganar en primera vuelta. Y es que, según la Constitución Nacional, reformada en 1994, para evitar una segunda vuelta en las elecciones presidenciales se requiere que una de las fórmulas que superaron el piso del 1,5 por ciento de los votos en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) obtenga el 45 por ciento de los votos válidos o el 40 por ciento y una diferencia de 10 puntos con el segundo lugar.
¿Qué pasa si ninguna fórmula cumple con esos requisitos? En ese caso, se realizará una segunda vuelta o balotaje entre las dos fórmulas más votadas, que está prevista para el 19 de noviembre, según lo establece la Cámara Nacional Electoral (CNE). En el balotaje, gana la fórmula que obtenga la mayoría simple de los votos válidos.
Balotaje: todo lo que hay que saber sobre el sistema que podría definir al próximo presidente
¿Cuándo se implementó el balotaje en Argentina y cuándo se usó por primera vez? El sistema de balotaje se estableció en la reforma constitucional de 1994, como una forma de garantizar la legitimidad del presidente electo y evitar que acceda al poder con una minoría de votos.
Sin embargo, su primera aplicación ocurrió recién en 2015, cuando Mauricio Macri y Daniel Scioli se enfrentaron en una segunda vuelta que ganó el primero con el 51,34 por ciento de los votos.
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