El comienzo de 2024 trajo consigo un suceso inusual en una aldea de Kenia: un gran anillo metálico, identificado como un fragmento de basura espacial, cayó cerca de las viviendas locales. Este incidente reaviva las preocupaciones sobre los riesgos asociados con los desechos espaciales, tanto en la Tierra como en el espacio.
¿Qué ocurrió en Kenia?
El 1 de enero, un estruendo sorprendió a los habitantes de una aldea keniana. El objeto caído resultó ser un anillo metálico de 500 kilogramos y 2,5 metros de diámetro. Según la Agencia Espacial de Kenia, este proviene de la etapa de separación de un cohete, aunque aún no se ha identificado al responsable.
Afortunadamente, no hubo heridos ni daños materiales, pero el evento pone de manifiesto los peligros que la basura espacial representa para la seguridad en nuestro planeta. La agencia espacial planea tomar acciones legales contra los responsables una vez que sean identificados.
Basura espacial: un riesgo creciente
La basura espacial se genera cuando cohetes, satélites u otros objetos artificiales lanzados al espacio cumplen su propósito y quedan flotando en órbita. Eventualmente, algunos fragmentos reingresan a la atmósfera terrestre. Idealmente, estos se queman por la fricción, dejando solo restos pequeños que no representan un peligro. Sin embargo, no siempre es así.
En algunos casos, los fragmentos son demasiado grandes para desintegrarse por completo. Las agencias espaciales a menudo planifican reentradas controladas para minimizar el riesgo, pero cuando esto no ocurre, los desechos pueden caer cerca de áreas habitadas.
Casos recientes de basura espacial en la Tierra
El incidente en Kenia no es un caso aislado. En años recientes, fragmentos espaciales han caído en diversas zonas pobladas:
- En 2022, un agricultor brasileño reportó una gran explosión cerca de su vivienda, atribuida a un fragmento de un cohete.
- En Carolina del Norte, Estados Unidos, un fragmento de SpaceX aterrizó cerca de una zona montañosa.
- En 2023, un desecho procedente de la Estación Espacial Internacional cayó dentro de una vivienda en Florida.
Estos eventos, aunque no han causado daños significativos, resaltan la necesidad de reforzar las medidas de prevención y responsabilidad en el manejo de desechos espaciales.
El peligro en órbita
La basura espacial no solo representa un riesgo para quienes estamos en la Tierra. En el espacio, los fragmentos descontrolados pueden provocar colisiones graves, desencadenando un efecto dominó que afecte satélites funcionales, observaciones astronómicas y misiones espaciales.
Con el aumento del número de lanzamientos espaciales, el problema se intensifica. Entre 2018 y 2022, se lanzaron en promedio 130 cohetes orbitales al año. Sin embargo, en 2024, esta cifra alcanzó los 250 lanzamientos.
Consecuencias de la acumulación de basura espacial
- Colisiones en órbita: Fragmentos pueden impactar satélites activos, afectando servicios de comunicación y navegación.
- Interrupciones científicas: Las observaciones espaciales se dificultan debido al “ruido” generado por los desechos.
- Riesgos para las misiones: Las naves, tripuladas o no, están en peligro de ser dañadas por colisiones.
- Mayor probabilidad de reentradas descontroladas: Más objetos en órbita aumentan la probabilidad de que fragmentos caigan a la Tierra.
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