Los terremotos son fenómenos naturales que causan movimientos o vibraciones repentinas de la corteza terrestre. Estos movimientos pueden ser de diferente intensidad y duración, y pueden provocar graves daños materiales y humanos.
La causa principal de los terremotos es la liberación de energía acumulada en las zonas donde las placas tectónicas chocan o se deslizan unas sobre otras.
Las placas tectónicas son gigantes bloques rocosos que conforman la corteza superior del planeta y que se mueven lentamente sobre el manto, una capa más fluida y caliente.
Cuando las placas tectónicas se encuentran en los bordes, se generan tensiones y fricciones que se liberan en forma de ondas sísmicas.

Cómo se originan los terremotos y qué regiones son las más afectadas
La mayoría de los temblores ocurren a lo largo de estos bordes o límites entre las placas tectónicas, también llamados zonas sísmicas o fallas geológicas.
Hay tres grandes zonas en nuestro planeta que son más susceptibles a los seismos: el Anillo de Fuego del Pacífico, el Cinturón Alpino-Himalayo y la Zona de Rift Africana.
El Anillo de Fuego del Pacífico es un cinturón de terremotos y volcanes que rodea el océano Pacífico y que experimenta el 81% de los terremotos más grandes del mundo.
Aquí se encuentran algunas de las fallas más activas y peligrosas del planeta, como la falla de San Andrés en California o la fosa de Japón.
El Cinturón Alpino-Himalayo es una zona sísmica que se extiende desde Europa hasta Asia, pasando por el Mediterráneo, Oriente Medio e India.
Aquí se producen el 17% de los sismos más grandes del mundo, debido al choque entre las placas Euroasiática e Indoaustraliana. Algunos ejemplos son el terremoto de Lisboa en 1755 o el terremoto del océano Índico en 2004.
En cambio, la Zona de Rift Africana es una región donde la placa Africana se está dividiendo en dos partes: la placa Somalí y la placa Nubia.
Esta zona abarca desde el mar Rojo hasta Mozambique, pasando por Etiopía, Kenia y Tanzania. Aquí se producen el 2% de los terremotos más grandes del mundo, así como una gran actividad volcánica.
Otras causas posibles de los terremotos son la actividad volcánica, que puede generar presiones internas en la corteza; y la actividad subterránea ocasionada por el hombre, como los experimentos nucleares o la extracción masiva de agua o petróleo.
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