El suicidio de Johan Sebastián Castellanos Romero, un joven estudiante de medicina de la Universidad de los Andes, ha generado gran discusión acerca de la problemática del acoso académico. Según denunció su familia, el joven fue víctima de burlas, hostigamiento y discriminación por parte de compañeros y profesores durante varios semestres, lo que, sumado a una creciente presión académica y problemas de salud mental, lo llevó a tomar la fatal decisión.
El caso de Castellanos se suma al de Catalina Gutiérrez, una médica residente de la Javeriana que también se quitó la vida tras denunciar abusos y sobrecarga laboral. Ambos sucesos han desencadenado una ola de testimonios de estudiantes y profesionales de la salud que denuncian un ambiente tóxico y hostil en las instituciones educativas.
La familia de Castellanos ha denunciado que la Universidad de los Andes no ha tomado las medidas adecuadas para investigar el caso y proteger a su hijo.
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A pesar de las múltiples solicitudes de información, la institución se ha limitado a emitir un comunicado general sobre sus políticas de prevención del acoso, sin ofrecer detalles específicos sobre lo ocurrido.
Ante esta situación, la familia ha decidido emprender acciones legales para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades.
El abogado Felipe Alzate, quien representa a la familia, ha anunciado que se analizarán todas las pruebas disponibles para determinar si hubo negligencia por parte de la universidad o de alguna persona en particular.
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