Como Moraima Escarlet Vásquez de 37 años de edad fue identificada la mujer de origen venezolano a la que las autoridades colombianas le seguían la pista por tener una red de distribución de pornografía infantil.
Vásquez estaba residenciada en el barrio Belén Rincón y desde allí enviaba contenidos explícitos -en los que usaba a sus propios hijos – para un ciudadano norteamericano.
Fue precisamente desde EE.UU. donde se inició la búsqueda de esta mujer a la que también se le endilgan intento de asesinato.
Las autoridades desplegaron una circular roja de interpol a nivel internacional con el fin de lograr su ubicación y captura y esa misma fue lograda en Medellín.
Para la realización de este material pornográfico, Moraima Vásquez utilizaba menores de edad entre los 4, 8 y 13 años, para obtener la producción de material fotográfico y fílmico con contenido explícito de abuso sexual.
Según las investigaciones esta ciudadana utilizaba medios de información en redes sociales para transferir archivos con contenido pornográfico y tortura en el cual se evidencia el sometimiento de vejámenes sexuales, tanto con sus propios hijos, y torturas con animales a pedido de su cliente.