En la última semana, el 55% de los casos registrados en el mundo se encuentran en Latinoamérica. Brasil, México, Perú, Ecuador, Chile y Colombia concentran 1.2 millones de contagiados. Además:
El coronavirus en América Latina comenzó en las ciudades y poco a poco se ha acercado a las comunidades rurales. En mayor o menor medida la relación del binomio ciudad-campo ha condicionado el avance de la pandemia en la región que al día de hoy es considerada el epicentro de la pandemia por la Organización Mundial de Salud (OMS).
Tras casi tres meses del cierre de actividades, algunos países latinoamericanos han comenzado gradualmente a abrir algunas de sus actividades económicas bajo la latente amenaza de rebrotes y la expansión de la epidemia a regiones alejadas.
Perú: autoaislamiento para protegerse del virus
Un porcentaje importante de la población rural en Perú son trabajadores temporales en Lima y en ciudades intermedias. Entre enero y marzo, debido a la cuarentena y anulación de las actividades económicas no esenciales, perdieron sus empleos.
El Gobierno calculó hasta inicios de mayo que más de 200.000 personas se registraron en padrones para el retorno coordinado con sus regiones, pero solo fue posible gestionar el traslado de 18.000 de ellos. La gran mayoría volvió al campo caminando, tanto a comunidades andinas como amazónicas.
Brasil: Una sanidad frágil y distancias inmensas en la Amazonia
El coronavirus se extiende hacia el interior de los estados brasileños en cuyas capitales anidó primero y hacia los estados menos afectados, los del sur. Una de las ciudades más remotas donde ha causado estragos es São Gabriel da Cachoeira, ubicada a orillas del río Negro, en el corazón de la Amazonia.
“La escuela cerró el 20 de marzo y hace tiempo que solo llega la balsa que trae alimentos”, explica Odete por teléfono desde esta ciudad que queda a 800 kilómetros de la Unidad de Cuidados Intensivos más cercana. “La gente no obedece mucho [la orden de quedarse en casa], se lo digas en su lengua o en portugués”, añade esta vecina de la ciudad más indígena de Brasil.
Colombia: el abasto de alimentos para las ciudades contagia al campo
Los mayores brotes en Colombia han ocurrido en grandes ciudades como Bogotá, Cali y Cartagena. Después de una cuarentena nacional que se extendió por más de dos meses, esta semana el país entró en una nueva fase de aislamiento con numerosas excepciones que permitieron a millones de personas regresar a las calles.
Sin embargo, en esas tres populosas urbes duramente golpeadas por la covid-19 se mantiene una cuarentena estricta al menos hasta mediados de junio.
Entre las medidas ordenadas por el Gobierno nacional está “intensificar las acciones de vigilancia en salud pública” en las principales plazas de mercado y centros de abasto. Los contagios en esos lugares, que son un puente entre los productores rurales y las habitantes urbanos, se han convertido en una de las mayores preocupaciones de las autoridades sanitarias, que han detectado que desde ahí se propaga el virus a las ciudades.
México: de los municipios de la esperanza a la normalidad
En las regiones rurales de México la vida continuó a pesar del cierre en las grandes ciudades. El Gobierno mexicano designó en mayo a 323 municipios del país como “municipios de la esperanza”, dado que allí no se registraron casos de la covid-19, sin embargo el país norteamericano ha sido cuestionado sobre esta decisión debido a que en algunos de ellos ni siquiera se hicieron pruebas a la población.
Estos municipios son principalmente rurales, alejados de los centros urbanos y con población mayormente indígena. Estados como Chiapas, Yucatán, Chihuahua y Guerrero concentraron algunos de estos municipios que hasta hace unas semanas se han conservado ajenos a la pandemia.
Argentina: escasos casos en las provincias y salvoconductos
La covid-19 se ha ensañado con las grandes ciudades argentinas y ha dejado casi indemne a las zonas rurales, donde solo vive el 8% de la población. En el epicentro están Buenos Aires y su extrarradio, con casi 13 millones de personas, equivalentes al 32% de todos los habitantes de Argentina.
En ese conglomerado se han registrado hasta el viernes 16.400 casos positivos, contra 2.876 infectados repartidos en 2,8 millones de kilómetros cuadrados de territorio casi deshabitado. En el último parte del jueves, 16 de las 23 provincias argentinas registraron un caso o ninguno. El resto, salvo Buenos Aires, menos de diez.
Las autoridades no esperan que la covid-19 sea alguna vez un problema en el interior de Argentina, que hoy concentra apenas el 15% de todos los infectados nacionales. Hay provincias que no registran casos positivos, como Formosa (norte), o Catamarca (centro-oeste).
En otros distritos como La Pampa, Salta, San Juan, San Luis, Chubut o Jujuy, el virus apenas ha afectado a menos de 20 personas en cada una. Aunque es pronto para balances, porque Argentina no ha ingresado aún al pico de la pandemia, los sanitarios aseguran que el confinamiento que rige desde el 20 de marzo en todo el país ha impedido la propagación del virus en las áreas poco pobladas. Hoy, más del 90% de los nuevos casos se producen en la región metropolitana de Buenos Aires.
El 55 % de los casos registrados en el mundo en la última semana se encuentran en América. Latinoamérica concentra 1,2 millones de contagiados y 57.800 muertos por la enfermedad, la mayoría en Brasil, México, Perú, Ecuador, Chile y Colombia
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— EL PAÍS América (@elpais_america) June 6, 2020
Fuente:El País