Los beneficios de Intel suben un tímido 1,35 % en plena escasez de chips

El fabricante de microchips y equipamiento electrónico Intel anunció este jueves unos beneficios de 15.245 millones de dólares entre enero y septiembre, un 1,35 % superiores a los del mismo período del año pasado, en un contexto mundial de escasez de chips.

La empresa Intel con sede en Santa Clara (California, EE.UU.) ingresó en los nueve primeros meses del año 58.496 millones de dólares, por encima de los 57.889 de hace un año.

Cabe mencionar que en lo que va de año, la compañía ha dedicado más de 1.000 millones de dólares adicionales a investigación y desarrollo en comparación con lo que invirtió en 2020 por este concepto, y 2.300 millones de dólares más a operaciones de reestructuración.

Los accionistas de la firma, por su parte, se embolsaron entre enero y septiembre 3,76 dólares por título, frente a los 3,55 del mismo período del año pasado.

Fabricantes de vehículos y dispositivos electrónicos de todo el mundo han tenido dificultades de producción en los últimos meses a causa de un cuello de botella en el suministro de semiconductores generado por el gran aumento de la demanda a raíz de la pandemia de covid-19 y las complicaciones logísticas también derivadas del coronavirus.

A finales de mayo, el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger, advirtió que la escasez de semiconductores puede durar años.

“Aunque la industria ha dado pasos para responder a las limitaciones a corto plazo, todavía puede llevar un par de años que el ecosistema responda a la escasez de capacidad de fundición, sustratos y componentes”, aseguró en una intervención virtual en una feria del sector en Taipei.

Que el sector de la automoción sea uno de los más afectados por la falta de chips se explica porque los últimos modelos de vehículos van equipados con multitud de componentes electrónicos, desde los equipos de navegación hasta las cámaras traseras, que necesitan microprocesadores para operar.

Así, se están dando casos en los que la producción de vehículos cuyo coste de fabricación asciende a varios miles de dólares se encuentra completamente parada porque faltan microchips que apenas cuestan unos pocos centavos.

Según la consultora Moody’s, esta crisis persistirá durante los próximos dos o tres trimestres y podría provocar una reducción de los niveles de producción de vehículos de entre el 1 y 2 % este año.

Al margen de los vehículos, la pandemia incrementó notablemente la demanda de dispositivos electrónicos como ordenadores, tabletas y videoconsolas, ya fuese para dar respuesta a las nuevas necesidades creadas por la transición al trabajo y la enseñanza en remoto o por el aumento del tiempo de ocio en casa.

El único segmento de negocio de Intel que bajó su facturación en los pasados meses fue el Grupo de Centro de Datos, dedicado a la fabricación de microchips para proveedores de servicios de computación en la nube y otros servicios de internet, que facturó 18.515 millones de dólares frente a los 20.015 millones de los primeros nueve meses de 2020.

La mayor fuente de ingresos de la compañía, el Grupo de Computación para Clientes, dedicado a la producción de chips para ordenadores, vendió por valor de 30.378 millones de dólares, por encima de los 29.118 del mismo período del año pasado.

Los resultados de Intel no convencieron a los inversores en Wall Street y las acciones de la firma se dejaban un 7,14 % hasta los 51,98 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los parqués neoyorquinos.

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EFE

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