La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por el exceso de glucosa en la sangre. La glucosa es un tipo de azúcar que proviene de los alimentos y que es utilizada por el cuerpo como fuente de energía.
Sin embargo, cuando hay un problema con la producción o el funcionamiento de la insulina, la hormona que ayuda a la glucosa a entrar en las células, se produce una acumulación de glucosa en el torrente sanguíneo, lo que puede causar diversos problemas de salud.
Los síntomas de la diabetes pueden variar según el tipo y el grado de la enfermedad, pero algunos de los más comunes son:
– Sed extrema: Debido al exceso de glucosa en la sangre, el cuerpo intenta eliminarla a través de la orina, lo que provoca una pérdida de líquidos y una deshidratación. Esto hace que la persona sienta mucha sed y tenga la boca seca.
– Micción frecuente: Como consecuencia de la sed extrema, la persona bebe más líquidos y orina más a menudo. Además, la glucosa en la orina hace que esta sea más densa y difícil de eliminar, lo que aumenta el volumen y la frecuencia urinaria.
– Hambre: A pesar de tener mucha glucosa en la sangre, las células no pueden aprovecharla debido a la falta o resistencia a la insulina. Esto hace que las células no reciban suficiente energía y que el cuerpo envíe señales de hambre para intentar obtener más glucosa.
– Fatiga: La falta de energía en las células también provoca cansancio, debilidad y somnolencia. La persona se siente agotada y con poca capacidad para realizar sus actividades habituales.
-Visión borrosa: El exceso de glucosa en la sangre puede afectar a los vasos sanguíneos de los ojos, causando inflamación y daño en la retina. Esto puede alterar la visión y dificultar el enfoque de los objetos.
-Cicatrización lenta: La hiperglucemia también afecta al sistema inmunológico, reduciendo su capacidad para combatir las infecciones y favorecer la cicatrización de las heridas. Las personas con diabetes tienen más riesgo de sufrir infecciones bacterianas o fúngicas en la piel, las encías, las uñas o los genitales.
– Mal aliento: Cuando el cuerpo no puede utilizar la glucosa como fuente de energía, recurre a las grasas y las proteínas, lo que produce unas sustancias llamadas cetonas. Las cetonas se eliminan por la respiración y por la orina, dando un olor característico a frutas o acetona.
Estos síntomas pueden aparecer gradualmente o de forma repentina, según el tipo de diabetes. La diabetes tipo 1 suele manifestarse en la infancia o adolescencia con síntomas intensos y rápidos, mientras que la tipo 2 suele presentarse en personas mayores de 40 años con síntomas leves y progresivos.
Es importante reconocer los síntomas de la diabetes y consultar con un médico lo antes posible para realizar un diagnóstico adecuado y comenzar un tratamiento oportuno. El tratamiento de la diabetes consiste en controlar los niveles de glucosa en la sangre mediante una alimentación saludable, ejercicio físico, medicamentos orales o inyecciones de insulina.
Esta es una enfermedad que requiere un seguimiento médico constante y una educación diabetológica para prevenir o retrasar las complicaciones a largo plazo, como problemas cardiovasculares, renales, nerviosos u oculares.
Datos relevantes sobre la diabetes:
– Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que hay unos 422 millones de personas con diabetes en el mundo, lo que representa un 8,5% de la población adulta.
– La diabetes es una de las principales causas de muerte prematura en el mundo, provocando unos 1,6 millones de fallecimientos al año.
– La diabetes tipo 2 representa entre el 90% y el 95% de los casos de diabetes, mientras que la diabetes tipo 1 representa entre el 5% y el 10%.
– La tipo 2 está relacionada con factores de riesgo modificables, como el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.
– La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmunológico ataca y destruye las células productoras de insulina del páncreas. Se desconoce la causa exacta de esta enfermedad, pero se cree que puede estar influenciada por factores genéticos o ambientales.
– La diabetes gestacional es un tipo que se desarrolla durante el embarazo, afectando al 7% de las embarazadas. Suele desaparecer después del parto, pero aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en el futuro.
– La prediabetes es una condición en la que los niveles de glucosa en la sangre están por encima de lo normal, pero no lo suficiente como para diagnosticar diabetes. Afecta al 9% de la población adulta y puede progresar a diabetes tipo 2 si no se adoptan medidas preventivas.
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