Los huevos pochados son una forma deliciosa y saludable de preparar los huevos, ya que no requieren aceite ni mantequilla. Además, son muy fáciles de hacer y quedan perfectos para acompañar ensaladas, tostadas, sopas o lo que se te ocurra. En este artículo te explicamos paso a paso cómo se hacen y te damos algunos consejos para que te salgan siempre bien.
El secreto para hacer huevos pochados sin que se deshagan
Lo primero que necesitas es un cazo con agua, un chorrito de vinagre, una cuchara y un huevo fresco. El vinagre ayuda a que la clara se coagule más rápido y no se disperse en el agua. El huevo debe estar a temperatura ambiente y no debe tener la cáscara rota ni fisurada.
El siguiente paso es poner el agua a hervir con el vinagre y bajar el fuego para que quede a fuego lento. Con la cuchara, haz un remolino en el centro del cazo para crear un pequeño torbellino. Esto facilitará que el huevo se mantenga compacto y redondo.
Ahora viene la parte más delicada: romper el huevo y echarlo con cuidado en el centro del remolino. Puedes hacerlo directamente o ayudarte de un cuenco pequeño para evitar que se rompa la yema. Deja que el huevo se cueza durante unos 3 o 4 minutos, dependiendo de cómo te guste de hecho.
Por último, saca el huevo con una espumadera y escúrrelo bien sobre papel de cocina. Ya tienes tu huevo pochado listo para disfrutar. Puedes salpimentarlo al gusto y añadirle un poco de perejil picado para darle más sabor.
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