¿Te apetece un plato de pescado frito crujiente y jugoso, pero no quieres salir de casa o gastar mucho dinero? No te preocupes, porque te vamos a enseñar cómo hacer pescados fritos deliciosos y muy crujientes desde casa, con ingredientes que seguro que tienes en tu despensa. Sigue estos pasos y disfruta de un pescado frito casero que nada tiene que envidiar al de los mejores restaurantes.
Pescados fritos caseros: una receta fácil, rápida y deliciosa
Lo primero que necesitas es elegir el tipo de pescado que vas a freír. Puedes usar el que más te guste, pero te recomendamos que sea un pescado blanco, sin espinas y con la carne firme, como la merluza, el bacalao, la pescadilla o el lenguado. También puedes usar pescados pequeños enteros, como las sardinas, los boquerones o las anchoas. Lo importante es que el pescado esté fresco y limpio, sin escamas ni vísceras.
El siguiente paso es preparar el rebozado, que es lo que le dará ese toque crujiente y sabroso al pescado. Para ello, necesitas harina, sal, pimienta, ajo en polvo, perejil picado y cerveza fría.
Mezcla todos estos ingredientes en un bol hasta obtener una masa homogénea y sin grumos. La cantidad de cerveza dependerá de lo espeso que quieras el rebozado, pero te aconsejamos que no sea demasiado líquido ni demasiado seco. La cerveza le dará un sabor especial al rebozado y ayudará a que quede más crujiente al freírlo.
Ahora viene la parte más divertida: rebozar el pescado. Para ello, corta el pescado en trozos pequeños o medianos, según tu preferencia, y sécalos bien con papel de cocina. Luego, sumérgelos en el bol con el rebozado y asegúrate de que queden bien cubiertos por todos lados. Déjalos reposar unos minutos para que se impregnen bien del sabor.
Mientras tanto, pon a calentar abundante aceite de oliva en una sartén grande y profunda a fuego medio-alto. El aceite debe estar bien caliente, pero no humeante, para que el pescado se fría rápido y quede crujiente por fuera y tierno por dentro.
Cuando el aceite esté listo, fríe el pescado por tandas, sin sobrecargar la sartén, y déjalo unos minutos por cada lado hasta que esté dorado y hecho. Retira el pescado con una espumadera y ponlo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Ya solo te queda servir el pescado frito acompañado de unas rodajas de limón, unas papitas fritas o una ensalada fresca. ¡Verás qué rico y qué fácil!
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