Las investigadoras Susana Iglesias-Groth, del Instituto de Astrofísica del archipiélago español de las Canarias (IAC), y Martina Marin-Dobrincic, de la Universidad Politécnica de Cartagena (este), han hecho un descubrimiento emocionante en el campo de la astrofísica. Han encontrado la presencia de numerosas moléculas prebióticas en la región de formación estelar IC 348 de la Nube Molecular de Perseo. Este descubrimiento fue anunciado recientemente en un comunicado de prensa del IAC.
Hallan biomoléculas en joven cúmulo de estrellas de la Nube Molecular de Perseo
La Nube Molecular de Perseo es una de las regiones de formación estelar más cercanas al Sistema Solar, y es conocida por ser un lugar donde muchas de sus estrellas son jóvenes y contienen discos protoplanetarios en los que acontecen los procesos físicos que dan lugar a los planetas. La región IC 348 es un joven cúmulo de estrellas de 2-3 millones de años de edad y se trata de una de las áreas de formación estelar más próximas al Sistema Solar.
En su investigación, Iglesias-Groth y Marin-Dobrincic utilizaron datos tomados con el satélite Spitzer de la NASA. Utilizando esta información, pudieron detectar la presencia de varias moléculas comunes, incluyendo hidrógeno molecular (H2), hidroxilo (OH), agua (H2O), dióxido de carbono (CO2) y amoníaco (NH3), así como varias moléculas carbonáceas que pueden jugar un papel importante en la producción de hidrocarburos más complejos y moléculas prebióticas, tales como cianuro de hidrógeno (HCN), acetileno (C2H2), diacetileno (C4H2), cianoacetileno (HC3N), cianobutadieno (HC5N), etano (C2H6), hexatrina (C6H2) y benzeno (C6H6). Además, los datos también mostraron la presencia de moléculas más complejas, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) y los fullerenos C60 y C70.
Algunas de estas biomoléculas están consideradas “ladrillos esenciales” para la construcción de moléculas más complejas como los aminoácidos, que dieron forma al código genético de antiguos microorganismos e hicieron que la vida prosperara en la Tierra. Conocer la distribución y abundancias de estas moléculas precursoras en regiones donde, muy probablemente, se están formando planetas, es uno de los mayores retos de la astrofísica.
El descubrimiento de moléculas prebióticas en ubicaciones interestelares tan próximas al núcleo de este cúmulo estelar sugiere la posibilidad de que estén teniendo lugar procesos de acreción en planetas jóvenes que podrían contribuir a la formación de moléculas orgánicas.
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